No es un ordinal, si se numeraran las falacias puestas en marcha por la reacción superarían esa cantidad con creces. Se trata de la cifra con la que quieren alterar a la población de la tranquila localidad de Sotrondio (San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 3000 habitantes).
Desde hace semanas la parte más reaccionaria de la política nacional ha lanzado una campaña en la que se asegura que el Gobierno piensa colocar a 5.700 menores de los llegados a Canarias en el Colegio San José, que se mejorará para ser centro de acogida internacional.
Se trata de un antiguo colegio de monjas, cerrado por falta de clientela, que sirvió de refugio de urgencia para la primera oleada de familias que huyeron de la guerra de Ucrania. Todo el mundo se volcó con ellas. Sin embargo, llegaron a continuación, en muchísima menor cantidad, inmigrantes africanos y ya cambiaron las tornas; de recibir con los brazos abiertos a señoras blancas, rubias, de ojos azules y cristianas, pasaron los ultraderechistas a intentar echar a varones, negros y parte de ellos musulmanes.
El otoño pasado, una concentración de protesta liderada por Vox reunió a trece personas, ninguna de ellas vecina del municipio. Enfrente estábamos doscientos para impedir la vergüenza. Por consejo policial abandonaron la calle sin más intentos.
Han vuelto a la carga; previamente lanzaron a elementos provocadores, como el de la foto, que se esconde tras gafas de sol y publica en una página con pseudónimo, es decir, nombre falso, @willytolerdoo, especializada en ataques soeces contra la izquierda y mensajes de tufo falangista. Su público en Instagram son 234.000 seguidores.
Dice el agitador de andar por casa que el Gobierno va a colocar “más de 5.700 menas. Enhorabuena porque tocáis a dos por cabeza, dos por barba…” (quien no tenga barba no es persona, al parecer). Desafortunadamente un medio de comunicación asturiano recogió la falacia; los profesionales deben ser más cuidadosos en la comprobación de las fuentes.
Iniciada la campaña, el partido ultraderechista convoca a las puertas del Colegio. El jueves 19 de septiembre a las 12’30 horas, “José Mª Figaredo atiende a los medios. Asunto: Centros de acogida de inmigrantes en Asturias”. Conocida la convocatoria, de nuevo una amplia representación social del Valle del Nalón, más de doscientas personas, junto con ediles de PSOE, IU y PP de San Martín y Langreo, se concentra ante las puertas de la institución en apoyo a los acogidos.
Pude estar en la rueda de prensa; José María Figaredo y Álvarez-Sala, descendiente del empresariado del carbón, diputado nacional, empezó preocupado porque “no salgan las pancartas”; difícil tarea, le comentó el jefe de la policía, ante unos muros llenos de “fuera los racistas de las instituciones” y similares. Luego arrancó el discurso pidiendo libertad de expresión. Para sí mismo, claro, donde gobierna su partido censura la ajena. Luego se dedicó a explicar que el dinero era más provechoso emplearlo en los españoles.
Aquí vuelvo a hacer un llamamiento a la profesionalidad de los medios. Dice El Comercio, “Saludando con la mano a quienes le pitaban y gritaban ningún ser humano es ilegal, el diputado de Vox…” Las peinetas que dedicó a sus oponentes no son saludos, sino el símbolo de la mala educación que este muchacho recibió en el colegio de jesuitas de Oviedo y en la Universidad Pontificia de Comillas.
Después, con actitud de chulo de barrio, intentó encararse con los manifestantes; la policía se lo impidió, así como retuvo apartado a su grupo de cinco personas hasta que se disolviese la manifestación, para evitar que sus desplantes le trajeran males mayores.
Solamente La Nueva España hizo referencia a una nueva falacia lanzada públicamente: “Se van a gastar nueve millones de euros…” cuando son más necesarios en Ciañu (él siempre dirá Ciaño), Jarrio, “…o que en el Hospital de las Cuencas están pidiendo a las familias que lleven mantas para los pacientes”.
Una manifestante me dice, “¡pero si en el hospital hace un calor que te mueres!”. Inventos de quien no conoce ni siquiera las poblaciones a las que representa. En las cuencas mineras hay tres hospitales, uno de ellos en Mieres, cerca de la mina que explotaba su familia. No vamos a decir que están sobrados de medios, pero lo de las mantas es una provocación a la que debería responder contundentemente el director del Hospital Valle del Nalón.
Otro ejemplo de por dónde van las cosas entre algunos informadores, abierto el turno de preguntas una redactora le pide unas declaraciones ¡sobre Nicaragua!
Terminado todo, los ochenta y tres muchachos acogidos en el Centro, que se habían mantenido prudentemente contenidos en el recinto, salieron a las puertas a agradecernos el acto de solidaridad; uno más entre los que cada día reciben de la población de Sotrondio, que hasta les invita a café. Y sino la hostelera se lo cobra a un euro.
No podía faltar. Fiesta del día 8 de septiembre, periodistas, cámaras, el señor arzobispo no quiere dejar pasar una nueva ocasión de que se hable de él. Claro que hay otros que le dan oportunidades indebidamente; me explico: desde el inicio del periodo autonómico mezclaron sin venir a cuento la festividad religiosa y la política. ¿Quieren los cristianos ir a rezar a una muñeca en Covadonga? Háganlo. Ahora bien, ¿qué se puede celebrar políticamente en ese día? Como mucho un mito guerrero sobre una batalla que no existió. Puestos a buscar singularidades asturianas igual se podría hablar de mayo 1808, cuando la Junta General del Principado en alarde de soberanía declaró la guerra a Francia, o bien octubre 1934, en que el proletariado asturiano se levantó en armas contra el fascismo. Estos sí son hechos históricamente documentados. El Señor Arzobispo Aprovechando la actual mezcolanza, lanza Jesús Sanz, convenientemente disfrazado con sayas, báculo y mitra, sus arengas de extrema der
Que ningún ser humano es ilegal lo sabemos bien en una cuenca minera a la que llegaron muchos emigrantes que, como los de ahora, sólo buscan un lugar mejor para vivir. Qué orgullo supone estar rodeada de gente solidaria que acoge. Nunca debemos olvidar de dónde venimos.
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