Llamé
al teléfono gratuito de atención al cliente; después de la cadena habitual “si
quieres consultar tu saldo pulsa 1, si comprobar un cargo pulsa 2, si quieres vender
la catedral de Burgos pulsa 3…” al final llega el operador. Cuando le digo que
quiero la baja de la tarjeta de crédito, me argumenta que “llevamos trabajando
juntos 35 años”. Se lo reconozco, agradezco la colaboración, así como la eficiencia
de los empleados las pocas veces que surgieron incidencias; “Ahora bien, y
espero que deje constancia escrita, me doy de baja por las tropelías del Presidente
Trump, y me abstendré de toda relación comercial con los USA de ahora en adelante”.
El
joven se queda unos segundos en silencio, este motivo de baja no figura entre
los previstos en el argumentario que le facilita la tarea desde el ordenador; luego
me agradece las felicitaciones al personal y me reconoce: “Su caso no es el
único que estamos teniendo”.
No
importan desde luego, ni mucho ni nada, mis miserables números a un gigante de las
finanzas, pero muchos pequeños gestos pueden generar más esperanza que quedarse
cruzados de brazos.
A
poco de que Donald Trump empezara con sus agresiones económicas me hicieron llegar
una carta, aparentemente firmada por la presidenta de México. No la usé en su
momento porque no pude verificar la autenticidad, pero los argumentos eran incontestables:
La población fuera de Estados Unidos es infinitamente mayor que la interna; si
nosotros nos negamos a consumir sus productos no hay guerra de aranceles
posible.
Es
ese concepto de la resistencia ciudadana el que llevó a un curioso personaje
americano a fundar la People’s Union USA que lanzó una Jornada de Apagón
Económico o, si se quiere, un Día Sin Compras para el 28 de febrero. Se basaba
en el reconocimiento de la fuerza laboral: “Somos los que producimos, somos los
que consumimos; sus negocios engordan con nuestra actividad, sin nosotros no
tienen nada”.
La
actitud de boicot a empresas o marcas es habitual para la ciudadanía americana,
una forma de protesta popular que no suele durar mucho en el tiempo, pero
cuando menos marca opinión. El Grupo Telemundo Chicago-NBC informaba de que se abría
un calendario de acciones contra Amazon, Whole Foods, Prime (7 al 14 de marzo), Nestlé (21 al 28 de marzo), Walmart (7 al 13 de abril), y General Mills (21 al 27 de
abril).
Escasas noticias solemos tener de este tipo de
movimientos, incluso cierta prensa está más por la idea de sembrar el miedo que
producen los enfrentamientos físicos y los pillajes, gracias a las fuerzas
armadas de Trump. Sin embargo, es bueno que se conozcan estas iniciativas de
resistencia a la barbarie del dinero. Ejemplo:
En California se decretó en su día la Jornada sin Inmigrantes, demostrando que
sin los “espaldas mojadas” que se arriesgan en la frontera, el estado no funciona;
cuidadoras, jardineros, cocineras, albañiles… Quienes soportan la
infraestructura económica. Estos días en Copa del Mundo, comentaba un
futbolista español: sin ellos aquí no funcionaría nada.
Se ha lanzado para hoy la propuesta que ilustra
esta página: “Únete a la movilización nacional del 14 de junio. Acaba con el
mayor espectáculo de mierda sobre la Tierra, ¡Saca a patadas a los payasos!
Desde
este lado del Atlántico mi granito de arena.
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