Ir al contenido principal

La ejemplar muerte de Don Joan Peiró i Belís



     Ch'un bel morir tutta la vita onora. Porque una muerte digna honra toda una vida, dejó escrito Petrarca. Joan Peiró i Belís (1887-1942), obrero comprometido, sindicalista, ministro de la República española, mantuvo sus principios hasta las últimas consecuencias. 
     Su nieta, Amapola Peiró, desde Francia, nos está facilitando valiosa información, colaboración que agradecemos públicamente. Entre ella tenemos, por ejemplo, una carta a la familia de 2 de marzo de 1942; reproducimos unos párrafos, donde admiramos la escritura del abuelo: caligrafía limpia, correctísima redacción, puntuación precisa; resulta sorprendente en un hombre que no aprendió a leer y escribir hasta los veintidós años. 
    La misiva, remitida desde el presidio de Valencia, contaba: "Puedo decir que desde el día en que fui detenido en Francia hasta la fecha, en todas partes he sido tratado con toda clase de consideraciones. Aquí estoy en un departamento de distinguidos, en el cual, disfruto de todas las libertades que son posibles dentro de la cárcel. Mi prima Teresa ha podido comprobar que se me dan toda clase de facilidades, pues en cuando viene a verme, no importa el día ni la hora, y enseguida le dan la comunicación. En fin, no se puede pedir más. En cuanto a mi situación judicial, está en estado inmejorable. Mi vida no peligra…

Carta a la familia 2 de marzo 1942


    Era, evidentemente, para dar ánimos; la situación real cambiaba bastante, a los cuatro meses. el 24 de julio, un oficial acusaba recibo, extendido por el subdirector de la prisión de que “Peiró Belís Juan. En el día de hoy es entregado a la Fuerza Pública para su conducción a ejecución de la última pena". Se dieron prisa en cumplir el encargo; la sentencia había sido proclamada el 21 de julio de 1942. 
    No hubo posibilidad de conmutación; como el mismo Peiró repitió a su abogado, “me han traído aquí, precisamente a Valencia, donde he sido ministro, para fusilarme”. Exactamente, los golpistas, los que se levantaron en armas contra el gobierno elegido en las urnas, acusaban de rebelión a quienes les hicieron frente. Copio literalmente, sin corregir faltas: “los hechos probados son constitutibos de un delito de ADHESIÓN A LA REBELION…Considerando que en la actuación del procesado son de apreciar las circunstancias agravantes de su responsabilidad…FALLAMOS que debemos condenar y condenamos al procesado JUAN PEIRO BELIS como autor del calificado delito de ADHESIÓN A LA REBELION, con las circunstancias agravantes consignadas a la pena de MUERTE…” 
    No había participado en hechos de armas, toda su actividad estuvo dedicada al sindicalismo, a la construcción de la CNT, y en nombre de la Confederación aceptó a ser ministro; durante el conflicto que siguió al golpe de Franco procuró evitar los desmanes de los habituales descontrolados que se mueven entre aguas turbulentas. Sus escritos, como “Perill a la rereguarda”, fueron incluso mal interpretados por algunos de sus compañeros, que le llamaron “Apagafuegos de la Revolución…Hermanita de la Caridad…” 
    Derrotada la República, emprendió el muy penoso camino del exilio en Francia; allí fue detenido por los nazis, quienes lo entregaran a Franco por petición de Serrano Suñer, ministro de Exteriores. El periplo por las cárceles no fue un paseo turístico, evidentemente. Cuando finalmente le llevaron a la de Valencia, tenía signos inequívocos de maltrato físico; formaba parte de la hábil táctica de convencimiento que la Falange Española y de las JONS le había aplicado para persuadirle de que asumiera la dirección de la organización sindical del Régimen, la Central Nacional de Sindicatos.
    La negativa intransigente de Peiró le costaría la vida; según acabaría deduciendo su defensor, la orden irrevocable del fusilamiento no procedía tanto de la voluntad del tribunal que lo juzgó, sino que “había sido ordenada de muchísimo más arriba”. En otro artículo analizaremos el Consejo de Guerra, del que conocemos las interioridades gracias a la valentía del militar encargado de su defensa. Luis Serrano Díaz, alférez, terminó exiliado en Venezuela, y desde allí contó por escrito todo el proceso al hijo, Josep Peiró i Olives. 
    Por su testimonio conocemos las últimas horas de nuestro hombre. Serrano Díaz, con el paso del tiempo, fue dando más importancia a su figura y personalidad, tratándole casi como un santo laico. Sus escritos tienden hacia la hagiografía cuando relata la conversación con el cura que quería confesarle para el tránsito final. “Ésta es la justicia de los hombres, dentro de unas horas comparecerás ante la de Dios, muy distinta. Debes prepararte…” “Padre, yo no creo…” El sacerdote argumentó que igual no quería que sus compañeros pensaran que había flaqueado al final. “Don Juan, sereno, digno, con una serenidad que nos heló la sangre a todos los presentes dijo: ‘No es eso…ni en este momento puedo creer. Si me confesara, me engañaría a mí mismo y a todos ustedes”. 
    No es menos destacable la circunstancia del traje. Fue fusilado con el pijama carcelario; el director, más preocupado de las apariencias que de la vida, le conminó a que vistiera de manera más acorde con el acontecimiento; Peiró se negó: “Igual se muere en pijama que en traje de lana”. 
    Fue precisamente esta prenda la que permitiría su identificación y que sus restos no fueran a parar a una fosa común, cubiertos de cal viva. Las balas del pelotón y el tiro de gracia en la sien que le suministró el oficial al mando del pelotón (“Toma, ¡por haber sido ministro!”), dejaron sus despojos difícilmente reconocibles. 

Cementerio de Paterna


    Abro un paréntesis para hablar del enterrador de Paterna. Leoncio Badía Navarro no llegó a ser maestro como quería. Fue voluntario a defender la República; al regresar a Paterna, los golpistas triunfantes le pegaron una paliza, y en juicio sumarísimo le condenaron a muerte. Si bien salvó la vida, cuando pidió trabajo al alcalde, cuenta su hija Maruja que le respondió: “¿Tú quieres trabajar, rojo? Pues ve a enterrar a los tuyos". Y así, entre 1939 y 1945 fue castigado a sepultar en fosas comunes a las 2.238 personas asesinadas en El Paredón de España
Paco Roca, novela
    Consciente de que algún día cambiarían las tornas, en la medida que pudo fue rescatando en cada cadáver algún objeto personal; una corbata, una carta en un dobladillo, un sonajero…pequeñas nimiedades, pero que permitieron a las familias identificar a los suyos; la colocación de los nombres en botellas de vidrio junto a los cadáveres preservó el recuerdo. 
     En el caso de Peiró, abrió la tumba de modo clandestino al anochecer del 26 de julio, dos días después del fusilamiento, para que su sobrina Eulalia Olives depositara un pequeño envase con escritos y fotos familiares. 
    Su labor fue siempre reconocida por familias y entidades memorialistas, se sucedieron los homenajes populares a la figura del que ya todos conocen como “el enterrador de Paterna”. A ellos se han sumado artistas como Paco Roca, que lo hizo figura central de su novela dibujada “El abismo del olvido”, (Editorial Astiberri, 2023). Será película próximamente. El proyecto fotográfico “Un acto de amor”, de Pablo Chacón, la canción “Leoncio Badía” del grupo rock Futuro terror, la obra teatral “El enterrador”, de Pepe Zapata
    Todos estos tributos han impulsado, más recientemente, los reconocimientos oficiales, empezando por la distinción de la Generalitat Valenciana en 2019; el Ayuntamiento de Paterna levantó un monumento en nombre de Badía ante el cementerio, y en octubre 2024 le otorgó la Medalla de Oro de la villa. Cierro el obligado paréntesis. 
    Mal que pese a sus enemigos, una muerte digna honra toda la vida proletaria de Joan Peiró i Belís. Seguiremos hablando de ella; tenemos entre manos un laborioso y nada fácil proyecto de película con el cineasta José Antonio Bellón. Permanezcan atentos a la pantalla.

Comentarios

  1. Muy interesante,grandes personas q vivieron en una época muy oscura de España.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Y el cielo se desplomará sobre vuestras cabezas

Nos enteramos a partir de La Stampa , -tercer diario italiano, con sede en Turín-, gracias al ciudadano Joaquín Cubero, que nos mantiene al día en asuntos diversos. Traduzco: España, rozando la tragedia: Un avión militar pierde el control durante una exhibición en Gijón. Susto en el Festival de Aviación de Gijón, por una tragedia casi fatal. Un caza de la Fuerza Aérea Española perdió el control durante la exhibición, realizando un peligroso trompo justo al sobrevolar la playa. Se rozó la tragedia probablemente por un fallo temporal de uno de los motores. Desde el inicio de este Festival muchas personas vienen denunciando: Gasto socialmente  inútil. Contaminación atmosférica. Contaminación acústica. Contaminación psicológica. Elogio del militarismo. ¡Y eso sin contar los habituales de la playa! que ven limitado el acceso y prohibido el baño Desde varios días antes las gallinas no ponen, las vacas dan la leche cortada, los perros huyen… Y la población se enerva por el ruido de...

Subiendo a Cuturrasu

Mientras toda España se asa de calor, superando los 35ºC, Asturies está protegida por un manto de nubes, por una pátina brumosa que hace el verano húmedo, verde, llevadero; subir a Cuturrasu es una ocupación placentera, una obligación, ahora que es "Pueblu Afayaízu de Llangreu 2012". ¿"Afayaízu"?; "encontrarse bien en un sitio", o sea, confortable. Si uno va desde cualquier zona céntrica del concejo de Langreo , vamos a suponer desde La Felguera , debe cruzar el Río Nalón para pasar a la parroquia de Lada . Las instalaciones de  la Central  hacen a modo de hito que señala y separa; el humo de las chimeneas es veleta, observador meteorológico o laboral, su presencia marca la dirección del viento y la demanda de electricidad. Caminando se tarda en llegar aproximadamente una hora; una de las opciones del camino lleva por Los Cuarteles y  Les Bories , dejando a la izquierda Santianes , que al principio parecía un pueblo clandestino, con el letrero indi...

Armón ante la Justicia

Se va a cumplir un año desde la primera muerte; los datos de la investigación son terribles: el buzo falleció porque recibió, por el tubo de respiración, anhídrido carbónico y lubricante del compresor; no tenía comunicación con la superficie y trabajaba solo. La Inspección de Trabajo ha impuesto una multa de 863.000 € y el Juzgado nº 1 de Gijón ha decidido procesar al encargado de seguridad de Astilleros Armón, al responsable de la subcontrata y al de la subcontrata de la subcontrata. La subcontrata de la subcontrata…así funcionan las cosas en este astillero. Fue prácticamente regalado a una sociedad constituida como Astilleros Armón Gijón S.A., 16 millones de euros por unas instalaciones en las que solamente los terrenos ya valen 78; buen negocio, más aún si la empresa matriz únicamente ha desembolsado 8, igual cantidad fue aportada en ayudas del Principado. Desde luego no hubo ningún concurso público, fue una adjudicación directa, urgía solucionar el paro en el sector. Pues b...