La Mar
Se va a pique un barco en Terranova y solamente se salvan
tres pescadores. Una tragedia, que la gente se muera en su puesto de trabajo.
Como es habitual, declara el armador que es incomprensible, un barco no
demasiado viejo, con las revisiones pasadas…
…Los veteranos dicen que, en ocasiones, no se hace caso a
las advertencias de riesgo por la climatología, “llegar los primeros a donde no
irá nadie te garantiza las mejores capturas”. ¿Merece la pena arriesgar vidas y
haciendas por obtener un poco más de pasta?
Las familias claman porque se mantengan las tareas de
rescate. Es evidente, tras el tiempo transcurrido, que solamente se
recuperarían cadáveres. Entiendo, -aunque no forma parte de mis prácticas-, esa
vieja costumbre de enterrar a los muertos, de ir a visitarlos a sus tumbas; en
cualquier caso, la mar está difícil en aquellas latitudes, ¿merece la pena
arriesgar vidas y haciendas para recoger despojos humanos?
La Derecha
El presidente del Partido Popular acusa a la presidenta de
Madrid de tráfico de influencias y el gesto se vuelve en su contra, el
boomerang le da en toda la jeta. Aun cuando es muy dura, le ha hecho daño asaz.
El hombre ha intentado dar marcha atrás, pero ya era
tarde, han aprovechado su imprudencia para librarse de él, después de varios
años de desconcierto estratégico. Lo malo del caso es que la acusación era
cierta, y la otra delincuente se va de rositas, parapetada en su incomprensible
victoria electoral.
La Guerra
El Zar Putin se decide por la masacre de pacíficos
ciudadanos; procede del KGB, herencia del estalinismo que ponía por delante el
bienestar del autócrata de turno. Sin embargo, sería conveniente que
repasáramos el contexto, porque esto no es una película de malos y buenos.
Enfrente, rodeando su perímetro, está la OTAN, que no es una organización
benéfica.
La North Atlantic Treaty Organization (NATO; OTAN en castellano) nace el 4 de abril de 1949, como brazo armado de la ideología capitalista, contra los procesos revolucionarios que se desarrollaban en todo el mundo, bajo la tutela de los Estados Unidos; de hecho, el Tratado se firma en Washington, no podía Harry Truman, el Emperador yanqui, viajar a Europa, donde moraban todos los otros suscribientes.
En 1954 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,
pidió el ingreso, argumentando un espíritu de mantener la paz mundial. No fue
aceptada. Un año después se constituía el Pacto de Varsovia, se consolidaba la
política de bloques; empezaba la Guerra fría, y una estúpida carrera de
armamentos, mientras las poblaciones bajo sus garras se empobrecían a ambos
lados del Telón de Acero.
El Pacto de Varsovia se disolvió en 1991, a la caída de
la Unión Soviética. La OTAN se mantuvo, era un eficaz sistema de control para
USA, muy rentable para su industria militar. Recordar que, en plena crisis
sanitaria, con urgencias para dotar de plantillas y medios a los hospitales,
exigía Trump a Europa mayor gasto en armamento.
Unos abuelos rusos, con nietos en España declaraban a una
amistad: “La culpa es de la NATO”. Así se puede ver desde allí. Antes de 1991,
estaban las fuerzas militares de la OTAN en Berlín, hoy día están a las puertas
de Rusia; mira el mapa: Las repúblicas bálticas, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Rumanía,
Bulgaria, Macedonia, Grecia, Turquía rodean sus fronteras. Sus aviones pueden
bombardear San Petersburgo en una tarde de paseo; sus fragatas cortarían
fácilmente la salida sur hacia el Mediterráneo.
Eso no justifica, evidentemente, que Putin dispare sobre
la población de Ucrania, ni que nos embadurne de mala y mentirosa propaganda.
Pero es conveniente que tampoco nos engañen los de esta parte: “La primera
guerra en Europa en 80 años”, dicen algunos periodistas. Pues no, la OTAN ha
sido parte muy activa en la disolución de Yugoslavia en pequeñas repúblicas,
artificialmente enemistadas entre sí; con la disculpa de la paz ha bombardeado
impunemente a la población civil. “Daños colaterales”, dijeron con insoportable
cinismo. Experimentó con armas atómicas, el famoso uranio empobrecido que
enfermó de leucemia hasta a los soldados propios.
Este país nuestro fue cómplice. El PSOE nos metió en el lío; pasó de “OTAN, de entrada NO”, para defender abiertamente el SÍ a la integración en el referéndum que González convocó en 1986 y ganó con el 53% de los votos. Para salvar, -poco-, la cara, dijo que no participaríamos en la estructura militar; diez años después nos integraron del todo, así que estamos gastando dineros y vidas jóvenes en defender negocios ajenos.
Si vis pacem para pacem. Ni OTAN, ni bases, ni bloques militares;
gasten el presupuesto armamentístico en Sanidad y Educación. Dejen en paz a las
naciones.
¡Los humanos usamos el cerebro con tanta indolencia…!
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