No son molinos, son gigantes, y contra ellos llevan combatiendo los humildes trabajadores de una contrata de AZSA (Asturiana de Zinc) desde 2012. Hace unos días llegaron a un nuevo acuerdo, que podría ser el definitivo después de no sé ya cuántas huelgas de hambre y miles de reuniones con la empresa, la sanidad pública, la mutua FREMAP y ni me acuerdo cuántos más. No recobrarán la salud, pero al menos recibirán los tratamientos que mitiguen sus problemas físicos y tendrán una cierta tranquilidad económica. Me alegro por ellos y sus familias, que han sabido ser constantes en una pelea que ha pasado desapercibida.
Curiosamente, en la prensa local no se hace referencia al auténtico propietario de AZSA, la multinacional GLENCORE, con sede operativa en Suiza y financiera en el Reino Unido. (O viceversa, que en esto del dólar nunca sabe uno). Sin embargo, cuando en 2013 hicimos referencia a la primera huelga de hambre en estas mismas páginas, -ante el clamoroso silencio de los informadores comerciales-, enseguida nos llegaron noticias de otros atropellos protagonizados por ella; desde Colombia hasta Turquía. (1)
Cuando se cumplía exactamente un año del accidente, ante la falta de soluciones, cinco trabajadores se plantaron delante de la factoría en la primera huelga de hambre; uno tuvo que abandonar pronto, hospitalizado por su precaria salud. Fuimos a verlos, como es obligación entre proletarios, y lo que nos contaron nos estremeció: Su empresa, Ingeniería de Mantenimiento S. A. (IMSA) recibió la obligatoria Información Básica de Obra (IBO) sin que en ella se citase que iban a trabajar en un espacio confinado y que, además, estaba contaminado por mercurio, con lo que no se adoptaron medidas de protección específica. Consecuencia: intoxicación irreparable.
A partir de aquí un calvario, que empezó con culparles a
ellos de su mal, siguió con prácticas mafiosas por parte de AZSA -GLENCORE, los
análisis de sangre desaparecieron del botiquín. El Servicio de Salud del Principado
(SESPA) tampoco anduvo muy diligente, “probable intoxicación”, decían los
partes, -curiosamente, también se perdieron pruebas-, y la mutua FREMAP maniobró
cuanto pudo por quitárselos de encima, - “la médica que nos atendió era una
podóloga”-. Los análisis (aquellos que no desaparecieron misteriosamente)
señalaron muy altos niveles de Mercurio, a nivel de récord Guinness, completados por la presencia en sangre de preocupantes porcentajes de Cadmio, Zinc,
Plata y Arsénico, con gravísimos efectos sobre la salud. (2)
La posición de GLENCORE no es de extrañar, el reparto de
dividendos entre los accionistas está por encima de cualquier otra
consideración humana. La ética del Capital. Hace tres años, la IndustriALL
Global Union, asociación internacional de sindicatos industriales, se presentaba
ante la London Mines and Money (Minas y Dinero, vaya) para rechazar que esta
multinacional recibiera el título de Minero del Año. Para hacerse una idea del evento recuerdo que en ese momento intervenía Nigel Farage, el líder del partido fascista británico.
Los manifestantes consideraban que GLENCORE era culpable de acoso sindical, abusos a los trabajadores, desprecio a las comunidades indígenas y falta de respeto al medio ambiente; además de estar siendo investigada por sobornos y corrupción en el Reino Unido, Brasil y los Estados Unidos. "Es vergonzoso que Glencore pueda ser considerada para el premio de Minero del año cuando está atacando a los trabajadores y a sus sindicatos en todo el mundo". En el caso concreto de Asturias, ha montado una organización que controla a buena parte de la plantilla, Sindicato Independiente de Trabajadores de Asturiana de Zinc; que cuando se produjo la intoxicación no movió ni un dedo, pese a que las nubes tóxicas pudieron incidir sobre la población colindante y que "no menos de 150 empleados habrán sido afectados".
Sus
números impresionan, sobre todo después de haber absorbido a su principal
competidor en la minería de metales, XTRATA: Sobrepasa los 160.000 empleos, tiene
presencia en más de 35 países y en todos los continentes, controla por encima
de 100 filiales, (que se sepa); a los intereses en carbón y metales añade alimentación,
transporte marítimo y energía, y exhibe un resultado declarado antes de impuestos
(ebitda) de 11.601 millones de dólares USA, aun cuando su valor en bolsa se ha
visto dañado por sus malas prácticas. (3)
Si uno visita la página oficial www.glencore.com puede leer, decorado con la foto de una sonriente trabajadora (blanca), el interés de la empresa por cuidar de los empleados, el medio y todo lo que se quiera. "Comprometidos con la seguridad...esforzándonos para lograr cero muertes...Los sobornos constituyen un delito penal...Empresas, ejecutivos y empleados implicados pueden ser objeto de medidas disciplinarias".
Una cosa es predicar y otra dar trigo; cosa que bien podría
hacer, puesto que una de sus últimas inversiones es la compañía canadiense
Viterre, que mueve la poco modesta cifra de 4.238 miles de toneladas de grano (4).
Empezamos por los testimonios: sindicalistas de Colombia están exiliados en
España asegurando que han recibido amenazas de muerte. Los envenenados por
mercurio han tenido que desplazarse en persona a la sede suiza de la compañía
para que alguien les hiciera caso; en aquel momento, su conflicto estaba tapado por el cierre de Alcoa, pusimos a sus disposición los micrófonos de Radio Lena para darles voz.
Si recurrimos a otras informaciones, podremos encontrar datos
sobre las investigaciones abiertas por el Departamento de Justicia de Estados
Unidos y por la Serious Fraude Office UK por corrupción y lavado de
dinero negro en Venezuela, Nigeria y Congo. En Brasil, se la acusa, con otras
dos compañías suizas, de repartir generosamente 31 millones de dólares, no en
mejorar la vida de sus productores, sino en sobornos. En México exigen al
presidente López Obrador que recuerde sus promesas antifraude y revise el
contrato de suministro de carbón firmado con esta empresa. En la República Argentina
se ha abierto una investigación por la muerte de tres trabajadores sepultados
en un silo.
Aunque sus andanzas aparecen más bien en la prensa alternativa: Dos meses y medio de paro en Colombia contra el recorte de 777 de los 5.000 empleos de la Mina El Aguilar de Jujuy, 91 años de historia. (6) En El Espinar, una de las provincias de Cuzco, Perú, hace años que la comunidad indígena K’ana, cuya cultura es incluso anterior a los incas, se queja de los malos modos humanos y medioambientales de la mina de Antapaccay (GLENCORE); destrucción del paisaje, contaminación de acuíferos, metales en sangre, ganado envenado, enfermedades respiratorias crónicas…(7) Ahora se complica la situación con la pandemia; según el Plan Regional de Cuzco 2018-2021, de esta mina depende el 30% de una población estimada en torno a los 70.000 habitantes, de los que están en la pobreza el 38%; el 40% no tiene agua corriente y el 50% no disfruta de alcantarillado. (8)
Antes de que todos estos escándalos fueran de conocimiento
general, valía la empresa en bolsa en torno a 75.000 millones de dólares USA. A
cualquier alma inocente, viendo todos los datos de esta página, se le podría
ocurrir que repartir un poco no llevaría a los accionistas al borde de la
hambruna. Pero así es la ética del Capital. Por cierto, como información complementaria
te recomiendo un informe que te puedes descargar, -en castellano-, de una
institución católica alemana que se llama Misereor , no tiene
desperdicio. En su capítulo de recomendaciones finales dice que la banca debe
velar porque sus financiados no cometan tropelías contra los derechos humanos, afirma: “Cuando un banco estima que sus posibilidades de ejercer
influencia son escasas y a la vez las acusaciones contra la empresa financiada
no disminuyen (como en el caso de GLENCORE), debería poner fin a su apoyo
financiero a tal empresa”.
Dedico especialmente este párrafo al señor arzobispo de la provincia eclesiástica de Oviedo, muy dado a opinar de los asuntos de este mundo, con la esperanza de que le guíe en su desempeño pastoral.
________________________________
NOTAS:
(1)
Artículos en “Cartes de Cuturrasu”
19 noviembre 2013. Morir para vivir.
23 noviembre 2013, AZSA pierde el primer asalto.
10 diciembre 2013, 365 días de angustia.
(2)
“Los productos químicos en el lugar de trabajo”.
Folleto del Departamento de Salud Laboral y Medio Ambiente de CC.OO. editado
junto con la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales del Principado
de Asturias.
Mercurio:
Gastroenteritis aguda, estomatitis, colitis, insuficiencia renal aguda por
necrosis. Edema agudo de pulmón. Gingivitis y estomatitis por sialorrea.
Pérdida de piezas dentales. Problemas oculares. Afección sistema nervioso
central: erectismo mercurial (cambios de carácter, insomnio, pérdida de
memoria). Polineuropatía sensitivo-motora en extremidades inferiores.
Cadmio:
Fiebre de los metales. Dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea. Rinitis.
Pigmentación amarilla de los dientes. Nefropatía cádmica. Cáncer de pulmón y
próstata.
Arsénico:
Dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarreas. Daño renal. Alteraciones del
sistema nervioso central. Polineuropatía sensitivo-motora extremidades
inferiores. Afecciones cutáneas. Irritación vías respiratorias. Lesiones
cardíacas y vasculopatía. Cáncer de pulmón e hígado.
Zinc: Fiebre de los metales. Rinitis y perforación tabique nasal. Dermatitis de contacto. Conjuntivitis y alteraciones retinianas. Erosiones y pérdida de piezas dentales.
(3) El Economista, Xavier Martínez-Galiana. 5 diciembre 2019.
(4) 2020 Grain and Milling Annual.
(5) El País, 29 junio 2019.
(6) IzquierdaDiario.es 17 noviembre 2019.
(7) “Espinar: la lucha por la vida del pueblo K’ana”. Agustina Daguerre. Entrepueblos.
(8) Alba Rivas y Ralph Zapata. Ojo Público, 26 julio 2020.
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