Hoy es 21 de marzo, Día Mundial de la Poesía; una fecha
idónea para hablar de la presentación del libro de Chus de la Fuente. Hasta última hora
estuvo peleando Ramiro Pinto, el hombre, para que no se suspendiera el acto; ya sabes, esto del
virus. Se celebraba en el Conservatorio y había prohibición de “actividades extraescolares”;
prometiendo guardar higiénicas distancias se pudo hacer. Volando sobre el fuego.
Felipe Santamarta fue mi cómplice bocal, Marta Muñiz al
piano y luego el coro del público. Arrancamos con “El poeta” de Atahualpa Yupanqui
(espero que nos haya perdonado la ejecución de su tema)
Tú crees que eres
distinto
Porque te dicen poeta
Y tienes un mundo aparte
Más allá de las estrellas…
Porque te dicen poeta
Y tienes un mundo aparte
Más allá de las estrellas…
Pedí, con un remedo de
sus versos, modestamente, autorización para hablar de mi amiga, porque ya se
sabe que soy de Ciencias, no de Letras.
Con su permiso voy a dentrar
Aunque no soy convidao,
Porque`l Ágora de León
No es de naide y es de todos,
Aunque no soy convidao,
Porque`l Ágora de León
No es de naide y es de todos,
Conocí a Héctor Roberto
Clavero, (Atahualpa Yupanqui) a través de la tv gris de Franco; en aquellos
tiempos grabó una pequeña parte de las “Coplas del payador perseguido”. No
aparecen en las grabaciones rimas como ésta:
Tal vez otro habrá
rodao
Tanto como he rodao yo
Y le juro, creameló
Que he visto tanta pobreza
Tanto como he rodao yo
Y le juro, creameló
Que he visto tanta pobreza
Que yo pensé con
tristeza
Dios por aquí no pasó
Dios por aquí no pasó
Después volvió con
ellas Jorge Cafrune, tampoco completas, que venía de otra dictadura, la
argentina. Yupanqui tuvo más suerte y murió de viejo, en cambio Cafrune apareció muerto cuando
montaba a caballo; nunca se supo del camión que los aplastó.
¿Y qué pintamos aquí
Ayahualpa, que zahiere a ciertos rimadores estetas, y yo, que siempre aclaro
que no soy poeta (ni lo quiero ser)?
Lo primero, que
Yupanqui, Chus y yo nos conocimos rodando por ahí. En 2014 llegó a León la Columna asturiana de las Marchas de la Dignidad y nos dijeron que había que ir a un banco de la Gran
Vía de San Marcos a parar un desahucio; por allí andaba una chica menuda, cual
rabo de lagartija, a la que volví a ver unos meses después, cuando Ramiro se puso
en huelga de hambre contra la irracionalidad funcionarial. (Una forma un poco
drástica de hacer dieta, la verdad).
Más tarde me invitaron al Ágora de la Poesía, que me dejó boquiabierto, y al poco
salió la primera antología, prefacio de esta colección de libros que nunca
agradeceremos suficientemente a LápizCeroediciones, ¡no es negocio esto de las
letras! Allí conocí a una de esas joyas que tiene por hijos, Thais. Y volvimos
a caminar juntos en 2018, con la Marcha de la Marea Básica; ella se reponía de
uno de sus abundantes males, pero, con muleta y todo, anduvo renqueando por
León y Mansilla de las Mulas .
O sea, Chus y yo nos
fuimos conociendo on the road, like a rolling stone. En el camino como cantos
rodados. Como esa piedra pequeña de León Felipe (no de Goytisolo, como dijo
este analfabeto de la Poesía; gracias, amigo Santamarta, por la corrección), que
se hunde bajo los cascos, bajo las ruedas, que la erosión termina convirtiendo
en arena, y no por ello es menos, que la arena es un
puñadito, pero hay montañas de
arena.
Con esos humildes cantos rodados, con esos regodones, hemos construido los astures de ribera sólidas casas proletarias. En multitud de ocasiones esa pequeña piedra centellea y es pedernal que provoca
incendios contra las injusticias.
Lo segundo, porque
Chus lo ha dicho claramente: “Yo no soy poeta”. En la tercera entrada del
libro, para que no haya dudas, página 10. “Sólo escribo/y comparto estados de
ánimo/que plasmo en un papel”. Y nos deja leerla, como cuando nos cuenta su
vida tomando un café.
Escribe para sacar los
demonios de la vida cotidiana, que son más eficaces un lápiz y un papel que todas
las sesiones del psicoanalista. Y muchísimo más barato. Nos habla de su familia, de esa madre cariñosa que casi nos adopta a todos; de sus hijas e hijos que en este evento casi se deshidratan, llorando de emociones. De enfermedades,
propias y ajenas, de dolor físico, de rehabilitación, de alcoholismo, de
maltrato, del perdón, de la dura batalla del vivir.
Porque batalla ha sido para ella; así
leemos armaduras, escudos, peleas, guerreros. Aunque ni una palabra de
estrategia, que es la suya vida de guerrillera. Guerrillera de la
supervivencia.
Habla del amor, pero
no del platónico, sino del físico, ese que duele por ausencia o por uso. El amor
que se toca. El cuerpo como partitura. Y por esos escritos amo a Chus, que es
consciente de que emborrona el papel, pero sigue trabajando hasta que le saca
luz.
Decía un mi manual de
Literatura del bachillerato, “hay más metáfora en una mañana de mercado que en
centenares de páginas de escritores". Ese es el valor de Chus, poner ante
nosotros las figuras literarias del puro pueblo. Como Yupanqui, ¿sabes? Y entre
ellas la figura que mejor la retrata: El Ave Fénix. Quemada y renacida de sus
cenizas.
Seguimos en el camino amiga, con quienes lo hacen cada
día desde la precariedad, con los que no tienen nada más que sus
manos y sus ganas de trabajar honradamente. Por el Pan, el Techo y el Trabajo, pa que naide escupa sangre pa que otro viva mejor. Exigiendo Justicia, no migajas, desprecio la caridad,por la
vergüenza qu’encierra;. Sin aceptar mordazas, aunque parezcan leyes.
Porque tú sí que has,
siempre, tomado partido; partido hasta mancharte (Celaya, ¿vale Felipe?) El partido de los que pelean cada jornada por sobrevivir, así
que en la página 37 puedes gritar a los poderosos: “¡¡¡Idos vosotros,
cabrones!!!”
Seguiremos, querida
amiga, caminando contra la Precariedad y cantando con Yupanqui:
Y aunque me quiten la
vida
O engrillen mi libertad
¡Y aunque chamusquen quizá
Mi guitarra en los fogones
Han de vivir mis canciones
En l'alma de los demás!
O engrillen mi libertad
¡Y aunque chamusquen quizá
Mi guitarra en los fogones
Han de vivir mis canciones
En l'alma de los demás!
La Poesía no se
marchita mientras personas como tú la rieguen. Ramiro te dijo Bienaventurada en
el epílogo; Ana Ibis manifiesta en el prólogo que quiere beberse tus poemas. Yo
te digo Bene detta, bene dita, bien dicha, porque tus palabras son verdades y
nadie puede hablar mal de ti. Chus, corazón espléndido, amor nuestro, ¡te
queremos!
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El reportaje fotográfico se debe al arte de Alejando Nemonio, uno de los notarios visuales del Ágora de la Poesía, que el último viernes de cada mes permite que decenas de personas lean, reciten y canten versos propios y ajenos.
Has dejado el lazo al aire para seguir conociendo a esta mujer, un gusto leerlo.
ResponderEliminarGracias.
EliminarEn el mensaje apareces como "desconocido", ¿podríamos saber quién eres?