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La llibrería




Siempre es agradable despertarse con buenas noticias; por ejemplo, que ha perdido el Madrid con el Levante, o que la Filosofía (¡maldito Wert!) regresará a los institutos. Sin embargo, elijo una un poco más atrasada: El premio nacional de Poesía para Antònia Viçens.

Me lo comunica Marta, vía electrónica; ya antes lo había oído en la radio, pero no me había parado a escucharlo. Repaso el artículo de prensa y me alegro mucho de que premien a una escritora en catalán, ahora que esas gentes están denostadas. Antes en los campos de fútbol llamaban etarras a los pobres chicos del Athletic Club; ahora les dicen separatistas a los del Barça. Aquellos eran fundamentalmente navarros; se quejaba Tiraplegui, mi compañero de trabajo, que había más navarros en el Bilbao que en Osasuna. Estos otros son como la ONU: argentinos, franceses, uruguayos, turcos, alemanes, croatas, brasileños…y un par de catalanes, pero los llaman separatistas, de todas formas. La sinrazón masiva.

Fue precisamente a partir de Marta que conocí la poesía de Antònia y su
biografía. Me regaló una antología de mujeres poetas en Mallorca, “Amb accent a la neutra”. Como es costumbre en los libros que han de permanecer en mi biblioteca, está subrayado, Antes de releerlo he pasado por las informaciones de prensa; los que escriben en castellano, poco originales, se han limitado a copiar una nota escrita y repartida por agencia. Los que publican en catalán hablan con conocimiento de su obra; también destacan su solicitud de libertad de presos políticos, que le vale una pullita de ABC, “mucho criticar, pero no renuncia al dinero”.
Nacida en el inicio de la inicua postguerra, en un pueblo pobre de la entonces pobre Mallorca, Santanyí, en unos años “que solamente tenían luz eléctrica un día sí y otro no. Así que las noches de invierno, tan obscuras, únicamente la claridad titilante de una vela o un quinqué, me atizaban la fantasía”. Así empezó a soñarse una niña-ángel, capaz de viajar o de tener una varita mágica. Esta capacidad imaginativa forma la base del último libro, “Tots els cavalls”, un sueño acerca de los caballos del Apocalipsis.
El cel pot cabre dins un bassal,
l’infern pot ser
un llit amb els llençols
de seda.
El cielo puede caber en un charco/El infierno puede ser/Un lecho con sábanas de seda.
“Amb accent…” llegó por Sant Jordi, una fiesta muy querida en la familia.
Enseguida me saltó a la vista la manera en que ella se dirige a la propia sin usar posesivos, el viejo uso de los campesinos, ya sean payeses, baseritarras o pobladores de la Tierra de Campos. No se dice “mi mujer”, sino “la mujer”, el hijo, el padre. Las personas no tienen amo.
En mi infancia también se iba la luz con frecuencia, y eso que nosotros éramos privilegiados habitantes de piso de empresa, pero Cortés, mi compañero en la primaria, vivía en una chabola con piso de tierra y se alumbraba con un candil de carburo. El carburo hace un ruido peculiar al arder, da luz amarillenta, azulada en ocasiones, y huele mal; sin embargo, es muy útil para ir a por truchas, tiras un bote al agua y matas seis o siete con el estallido. Claro que tienes que saber dónde se esconden; yo nunca lo supe, así que la habilidad menos cruenta, cazarlas a mano, ya imposible.
Ni en su chabola ni en mi casa abundaban los libros; la enciclopedia vieja pasaba de hermano a hermano; los deberes se hacían en la misma mesa en la que se comía, o sea que había que tener cuidado de no llevar las divisiones con chorizo o las redacciones con aceite de sardinas. Antònia escribe en recuerdo de su primera biblioteca doméstica; os lo cuento en castellano: Para comprarla tuvieron los padres que romper la hucha de barro y fueron llegando a la casa personajes como Camus, Faulkner o Woolf; pasó de ser mueble a santuario. “A la madre, que nunca había abierto un libro, también la embargaba la emoción: ¡Libros en una casa de pobres! Religiosamente cuidaba que el polvo no se colase y las polillas no despellejasen las letras. En cambio, el padre, cuando pasaba por delante, pisaba orgulloso de haber podido comprar la mar a su hija”.
Esfuérzate con este resumen del original, en homenaje a la autora, por favor:
A poc a poc deixava
de ser moble
i passava a santuari.
La llibrería.
Les pregàries de la nit
les feia devant el cor obert de la fusta
 i no davant al Cordejesús…
A la mare
que no havia overt mai un llibre
també la amarava de emoció. La llibrería
Llibres a una casa de pobres!
Religiosament es cuidava que la pols
no es fiqués per les escletxes i envaís el paper.
Que el polls dels llibres
no espipellessin les lletres
En canvi el pare calcigava estufera
quan hi passava per davant.
Satisfet d'haver pogut comprar
                                                   la mar a la seva filla






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