El sol ha decidido sumarse a la fiesta; centenares de mujeres,
muchísimas jóvenes, van confluyendo hacia la Plaza del Ayuntamiento, señalando
con prendas de color lila que van a reivindicar sus derechos.
Por la mañana fui saludando, por procedimientos virtuales,
a mis amigas; el ambiente era absolutamente de huelga por toda España. Mar.
Isabel, Solinka, Paz, Yolanda, Marta, Alma, me aseguran que no dan golpe; o
sea, en sus casa 100% de seguimiento.
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Langreo |
El balcón principal del Ayuntamiento de Langreo está
decorado con pancarta y mandiles. Subo a hacer fotos; allí están Susana Alberdi,
funcionaria, y Marta Varela, periodista, a lo propio. Comento que es la mayor
concentración vista en mucho tiempo. Marta asiente: “Sí, gracias a Dios”. Mística,
te veo.
En la radio (RPA) el martes mi amable adversario Hipólito
también decía “La huelga peca…” Pecado reclamar así. Le respondí que el asunto
había tomado ya no solamente cariz social, sino teológico; un obispo asegura en
Madrid que si la Virgen viviera secundaría el paro, otro, donostiarra, asegura
en radio María que detrás de todo esto anda el mismísimo Diablo.
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Langreo |
Pero ciertamente, la huelga ya fue un éxito antes de
iniciarse, porque ha generado tal cantidad de conversaciones que ha sido
suficiente para que el problema de la desigualdad de género quedara suficientemente
explícito. Hasta el Señor presidente del Gobierno que hace cuatro días decía
que eso de la brecha salarial “mejor dejarlo para otro día”, ha aparecido en la
tele con un lazo lila. ¡No tiene vergüenza!
Se les ha ido de las manos y no saben cómo reconducirlo.
Recordemos que el Día internacional de la mujer trabajadora nació del asesinato
de unas obreras, encerradas por el patrón en una fábrica a la que prendió
fuego. Luego intentaron institucionalizarlo, perdió el apellido y quedó en Día
de la mujer; hasta las militantes del PP hacían declaraciones.
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Oviedo |
Ellas, las del
partido que siempre se opuso a todos los métodos anticonceptivos, el que quitó
los presupuestos de la Ley de Igualdad, el que no dota a la Justicia contra los
feminicidios, el que se cargó la Ley de dependencia, que vuelve a cargar sobre
las mujeres el cuidado de los mayores…
Pero no cuela, explicaba Blanca, concejala, separada, madre
de adolescente, trabajadora de la Sanidad y representante sindical, “A mí
veníen a poneme flores en la mesa de trabayu, ¡to muy guapo! Pero luego, en
casa, era yo la que tenía que freir les patates”.
Como las elegantes señoras del partido gobernante tienen
quien les escriba los discursos, algunas han dicho que lo mejor era una “huelga
a la japonesa”; respondía una de las mujeres que sí trabaja: “Es que yo, a la
japonesa, estoy trabajando todos los días”. Refiriéndose a las declaraciones del
clérigo madrileño, decía otra: “Pero Cifuentes, mujer, ¡si va la Virgen a la
huelga, tu Virgen, no vas a ir tú?”
Para el futuro quedarán las fotos de los estatuas de jerifaltes
con mandil, o emplumerados, y las de millares de mujeres en pie de guerra. Os
dejo una muestra; la portada es de Sabel, mujer de doce años, el resto propias o de amables amigas que me han ido contando. Dentro de un rato habrá millones de mujeres en las calles, ¡enhorabuena!, aquí mi deseo de que mañana, nueve de marzo, siga siendo día para que las trabajadoras
avancen en sus derechos.
Y el diez y el once...
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