“En Burgos una persona se mató delante de nosotros; ya
tuvimos más casos, recientemente otro compañero tomó el mismo camino…” Nos
cuenta Manuel Alonso Pozas, que ha venido a Valladolid, en diciembre, para
celebrar el aniversario de las buenas gentes de Parad@s en movimiento. Manolo
Cañadas, que encabeza la delegación extremeña, se ratifica en el tema,”…el
aumento de la venta de ansiolíticos, de los casos de enfermedad mental, las
estadísticas de suicidios…El paro mata y cuando mata no distingue de colores”. Efectivamente,
los profesionales de la salud cuentan que el aumento de fármacos antidepresivos
es espectacular, que la gente se muere porque no puede pagarse las medicinas y
deja de comprar aquellas que afectan a lo que no duele, como la tensión; un
representante médico catalán advertía del aumento de los suicidios, aunque, por
suavizar, decía que habría que analizar las estadísticas con más perspectiva, “para
ver si efectivamente eran achacables a la situación económica”. Prudencia.
Esperanza.
Esperanza que se ponía en las Elecciones del 20, todos los oradores hicieron sucesivos llamamientos a la unidad de las fuerzas de la
izquierda. Escaso éxito, se tuvo; ahora bien, “los cambios sociales que se
puedan producir no serán gracias a brillantes líderes, sino al trabajo diario
de las asambleas de trabajadores, a la presión sostenida de la calle exigiendo
justicia social”. “¿Hay algo que celebrar?” se preguntaba, al abrir el acto, Miguel
Luis García. La respuesta es sí; es cierto que el desempleo, como él afirmaba, “es
un problema que deriva en un drama y puede acabar en tragedia”, pero no lo es
menos esta misma jornada, con gente de pie en el salón de actos del Centro
Cívico La Pilarica, con una mesa en la que además de los citados hablaron Jesús
Díaz, de los Campamentos Dignidad de Cáceres, Paco González, Campamento
Dignidad de Extremadura, y Adolfo Potente, primer presidente de Parad@s,
jubilado sólo en lo laboral, incombustible en lo social.
Aunque no estaba previsto Miguel Luis me invitó a saludar;
no me gustan estas cosas, lo mío no es la improvisación, pero a
las amistades de Valladolid, tan cariñosas, no les puedo negar nada. Y más con
la presentación que hizo el amigo, refiriendo la estancia de las Marchas de la
Dignidad, aquella charla emotiva en Laguna de Duero. “¿Cómo se mide la
Dignidad? Los asturianos nos han dicho que por lo menos en 485’2 kilómetros, que es la distancia que hicieron andando hasta Madrid” (Editorial Sangar, “485’2
kilómetros en las Marchas de la Dignidad”, relato de la experiencia de la
Columna asturiana). Por suerte siempre me acompaña la libreta de apuntes y pude
explicar lo que llevo repitiendo hace un año, ¿se sale de la crisis? Sí, salen
ellos. Habría que actualizar los datos al día de hoy, pero sirven como
referencia los del año anterior: Mientras la CEOE regateaba una subida salarial
del 1%, Telefónica repartía un dividendo que significaba el 5% a mayores sobre
el año anterior, Endesa ganaba un 77’6% más y su presidente se subía el sueldo
un 2’8%, Red Eléctrica mejora el 36%, el conjunto de las empresas cotizadas en
Bolsa el 64%, el consejo del Banco de Santander aumenta sus emolumentos el 9%,
el conjunto de los consejeros del Ibex el 23%...y así sucesivamente. La ley del
embudo. Hay que seguir peleando.

Lo que realmente está descendiendo es el número de personas
inscritas en los servicios de empleo. Por una parte surge el desánimo, las
oficinas no sirven más que para apuntar números, no ayudan a reciclar
habilidades profesionales, no buscan el encaje entre oferta y demanda; por otra, vale cualquier subterfugio,-alguno de los escasos cursos, por ejemplo-, para
borrar a uno como demandante; y, por último, todos los mayores de 61 que lleven
tiempo parados son obligados a jubilarse. Si a esto unimos quienes a la desesperada se han hecho autónomos, la juventud que
emigra y los extranjeros que, en pleno desaliento, han regresado a sus países,
tendremos la foto perfecta del milagro de Fátima (Bañez).
En definitiva, no nos dejemos engatusar, esto no progresa
adecuadamente y hay que seguir dando la matraca. Las organizaciones de Parados
de Valladolid, de Burgos, de Extremadura, de Asturies, los Campamentos y
Marchas de la Dignidad…siguen teniendo tarea en abundancia. Se mire por donde se mire el hecho terrible es que cerca
de cinco millones de personas que quisieran trabajar no pueden, que además los
gobernantes que no saben solucionar el problema los desamparan. Según los
servicios de empleo casi la mitad de los apuntados no reciben prestaciones;
según la EPA tres millones y medio tienen cero ingresos. Pero es que encima nos toman por imbéciles; un ejemplo: el pasado día 4, el Sr. D. Matías Rguez.Feito, diputado en
Asturies del PP, decía que el salario social “desincentivaba la búsqueda de
empleo”, es decir, los pocos que lo recibían no se molestaban en trabajar, (Percibiendo
un tesoro de 442 eurazos quién va a aspirar a más); el Miércoles de ceniza, -no me consta que arrepentido de tamaña barbaridad-,sale en la tele, sin
sonrojarse ni nada, exigiendo que la cantidad se aumente.
Me preocupan
seriamente las prioridades que parecen establecer los diputados electos; el
mejor derecho de autodeterminación, la mejor Constitución, es que la gente tenga empleo, y como no
habrá para todos que el trabajo que existe se reparta, y que todo el mundo
tenga un mínimo asegurado para que el paro no nos mate. Sólo un programa: Pan,
techo, trabajo.
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