Siempre fue Miranda de Ebro para mí tierra de paso,
también en esta ocasión. Esperaba al amigo Antonio Martos que venía de Donosti para
irnos juntos a Ezcaray, a pasar un fin de semana entre compañeros; sin
objetivos, vernos y charlar, por el puro placer de podar y regar el árbol de la
amistad.
(Foto superior:" Vivir Miranda", 2010, colores del escudo municipal)
Las últimas noticias de la ciudad habían sido a través
del Club Deportivo Mirandés, que alegró
el balompié nacional con proezas deportivas conseguidas a base de tesón, coraje
y espíritu de equipo. Ese mismo ánimo he creído observar en la Asociación de encajeras; llegué a su
sede por casualidad y me regalaron su conversación mientras las manos estaban a
los palillos. Los talleres femeninos donde emplean el tiempo en sí mismas y se ayudan mutuamente, protegidas de
un contexto exterior poco amable con las mujeres. Suelen viajar a
demostraciones por otras ciudades, prometen avisarme si van por Asturies.
De ellas 25 son culturales, como la Agrupación mirandesa de las Artes, que ha colgado telas pintadas en
muchos balcones; un parroquiano del Café Avenida me cuenta que es una protesta
porque no les dejan locales públicos, el amable funcionario de la oficina de
Turismo me dice que las cosas no son así. Me sitúa en los puntos fundamentales a
visitar y me da un folleto oficial que me explica bien el asunto: Estamos ante
la acción Viste Miranda, II Exposición
urbana de lienzos pintados; en el díptico hay un mapa con la ubicación de
cada una de las 36 obras, que incluyen el vestido de árboles en el Parque
Antonio Machado.
Colabora el Ayuntamiento, desde luego. Está encabezado
desde este año por la primera alcaldesa de su historia, Aitana Hernando Ruiz; la
corporación está compuesta por 10 personas del PSOE, 7 del PP, 2 por IU, 1 de
Miranda sí puede y 1 de Ganemos Miranda. Otro bonito ejemplo de fragmentación
de la izquierda.
Don Francisco Cantero Burgos, hebraísta |
No he hecho foto de los sanjuaneros, la verdad es que no
me gustan. Se trata de la representación en bronce de una pareja de jóvenes
vestidos para la Fiesta de San Juan del Monte, “que se celebra el lunes de
Pentecostés” (ni idea de cuándo cae eso, estimo que para la primavera), de la
que están muy orgullosos. Aseguran que es la mejor fiesta del Norte, yo como
soy de natural descreído lo comentaré cuando lo vea.
Es mucho más antigua la Feria de Mayo, en su primer fin
de semana, que se celebra por privilegio otorgado por Alfonso X en 1254.
También hay una virgen, claro, que solamente en la Península Ibérica se deben encontrar
las once mil; Nuestra Señora de Altamira, el 12 de septiembre.
Rey con pañuelo, que a la noche refresca |
La carta de repoblación de Miranda fue firmada por
Alfonso VI en 1099; las pandillas de jóvenes, viejos, niñas y hasta militares
sin graduación tienen el entretenimiento de ponerle pañuelicos al cuello en
cada movida.(El de Turismo mira por la ventana y me dice, “me parece que esta
vez fueron los de CNT”). Desde aquella fecha fue una pequeña y apacible villa
que vivió del campo y de cobrar peaje en el puente, una construcción medieval
que se llevó la terrible riada de 1775, junto con la torre que le habían
colocado para alojar el Ayuntamiento. El arquitecto Don Francisco Alejo de
Aranguren proyectó las nuevas edificaciones, que hubieron de llevar el visto
bueno de la Corona, por eso al puente le quedó lo de Carlos III; sigue siendo
la principal vía de paso de la zona de aquende (casco viejo) con la de allende
(barrios nuevos), pero ya no cobran.
Atardecer en el puente de Carlos III |
El verdadero cambio de la ciudad llegó en ferrocarril;
entre 1856 y 1857 se cruzaron dos líneas, la Madrid-Irún y la Tudela-Bilbao, a
partir de aquí vinieron las industrias nuevas y se desarrollaron las locales.
La azucarera, la papelera, la tejera, la fundición…multiplicaron rápidamente el
censo. A más detalle puedes consultar la página electrónica del Ayuntamiento;
lo que no leerás en ella es que aquí estuvo el último campo de concentración de
Franco, cerrado en 1947. Para saber estas cosas hay que ser peatón y andar con
la mochila a la espalda desde la estación de autobuses a la del Norte (Están
juntas, quiero decir con ello que he recorrido un circuito) y pararte a charlar
con la ciudadanía. Espero encontrar pronto una disculpa para volver a Miranda
de Ebro, y esta vez quedarme unos días.
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