Daños colaterales imprevistos. La política económica del FMI, aplicada con
celo por sus acólitos del PP, ha originado un ejército de pobres que hace un
efecto fatal, fatal, fatal en las ciudades, de modo que las clamorosas quejas
de la población han llegado a una política tan sensible al sentir de la
ciudadanía como Doña Esperanza Aguirre: “En todas partes la mayor queja que hay
de los vecinos es porque no pueden disfrutar de parques y zonas verdes”. Muy
sensata, la candidata; fina en el análisis, escuchando la voz de la gente, “porque están ocupadas por personas, generalmente de origen extranjero”, detrás
de las que están unas mafias y “que piden, no solamente para sobrevivir sino
para tener un muy buen vivir”. Muy buen vivir debajo del puente, no con las incomodidades de un piso en Serrano, de modo que hay que desalojarlos, “erradicarlos” dice, “porque
ahuyentan a los turistas”, que se sienten, almitas de dios, presionados por los pedigüeños.
No es nueva, la idea, pero está empezando a convertirse en peligrosa. Las
bromas sin ángel de jóvenes dirigentes de Nuevas Generaciones fotografiándose
con la bandera de la gallina y el saludo brazo en alto, las gracietas racistas
de algunos alcaldes, una organización que recoge alimentos para distribuir
“sólo entre españoles”, las amenazas a los de Podemos y a “los ignorantes que
les voten” de Gabriel Picazo, torero e hijo de una candidata en la lista de
Cifuentes: “Os querremos convertir en abono para las cunetas”. Hechos probados
que no han merecido atención por parte de
ningún fiscal, de la misma manera que parece haber pasado desapercibido
este anuncio, publicado a toda página (una pasta gansa, según tarifa) en el
diario ABC del sábado 25 de abril.
Firmado por FME, (La fuerza de los mayores), proclama “Viva España, única y
libre”, que nos suena de tiempos pretéritos, y con un curioso logotipo, un
heptágono orlado por los vicios humanos, a los que encabeza la Lujuria, en vez de la Soberbia que para el Catecismo de Ripalda era el primer pecado capital. Ante los males que
nos amenazan sus soluciones son simples: Eliminarlos.
Eliminar, literalmente, a todos los malos “que puedan deteriorar la imagen
de nuestra nación”. Lo que viene siendo la famosa marca España, quieren
salvaguardar. “Que seamos referencia del mundo…que seamos modelo a nivel
internacional”. (Publico fotos para que no se piense que esto es un artículo de
ficción; conservo el original, porque nunca se sabe…)
"Esto tiene que tener un remedio”, dice la liberal Aguirre ante la avalancha de pobres de los de pedir en las calles de la capital; se lo ofrecen en este anuncio: “Eliminar la pobreza, los vagabundos que se refugian en las calles, metro, puentes, tiendas, etc…que deterioran la imagen de las ciudades y pueblos”. A quienes no saben leer y escribir, por ahora, no les harán nada, eso sí, -noble empeño-, “el analfabetismo erradicarlo”.
"Esto tiene que tener un remedio”, dice la liberal Aguirre ante la avalancha de pobres de los de pedir en las calles de la capital; se lo ofrecen en este anuncio: “Eliminar la pobreza, los vagabundos que se refugian en las calles, metro, puentes, tiendas, etc…que deterioran la imagen de las ciudades y pueblos”. A quienes no saben leer y escribir, por ahora, no les harán nada, eso sí, -noble empeño-, “el analfabetismo erradicarlo”.
Pero no sólo a los pobres, también hay otras gentes que suprimir, “Eliminar
los deportistas de élite y otros, que toman la residencia en otros países, para
librarse de pagar impuestos”. Llegados a este punto adoptan un estilo más
popular para expresar su indignación, “¿De qué van?, nos quieren considerar
imbéciles”. Por último aseguran que “estamos abiertos a todo, que sea lógico y
razonable” y dejan una dirección de correo electrónico, supongo que para
sugerencias y/o contactos.
Releo el anuncio y me da por pensar que igual su responsable tiene problemas (entre
otras cosas) de redacción, por ejemplo cuando propone crear riqueza en los pueblos y
ciudades “No concentrando todo en capitales de provincia como Madrid, Cataluña,
Valenciana, Vasca, Sevillana, etc.”, pero hay tantas brutalidades circulando
por ahí que vuelvo a preguntarme, ¿y si lo de eliminarlos es realmente lo que el autor quiere decir?
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