“Armón acumula más de 90 accidentes con baja en sus dos años de actividad”,
titula un diario regional, en ellas se incluyen dos muertes en los últimos diez
meses. Las autoridades laborales del Principado y los representantes de las dos
principales centrales sindicales manifestaron el martes desconocer estos datos.
La plantilla
del astillero está en huelga indefinida desde el lunes 26; ha tardado en
explotar, pero la muerte de Agustín Garrido Menéndez, soldador de treinta años,
ha podido con la franciscana paciencia de unos trabajadores que sufren
condiciones del siglo XIX. “No puedes mirar a los encargados a los ojos;
como a los carceleros de las películas americanas”.
Un compañero
de la joven víctima escribe una patética carta que nos ha llegado con el título
Muerte en el astillero: “Existe un Ley de
Seguridad que no se está cumpliendo y no se ve a la Inspección de Trabajo pasar
por allí y tomar nota, os puedo asegurar que si lo hicieran, el astillero
tendría que cerrar sus puertas.Parece mentira que una Administración gestionada
por un partido donde en sus siglas aparecen las palabras, SOCIALISTA y OBRERO,
pueda dejar pasar esta ocasión para cumplir con su obligación y poner a este
mal llamado empresario en el sitio donde corresponde, enfrente de la Justicia”.
Asesinar: Matar a una persona alevosamente, o por
precio. Las
circunstancias de este fallecimiento sobrepasan la actuación de las autoridades
laborales, deberían entrar directamente en la jurisdicción penal. Agustín se
muere por asfixia al estar soldando en un recinto cerrado; de acuerdo con la
legislación no debería permanecer solo en el puesto, no había extractores de
humo (los gases de la soldadura desplazan al aire limpio), no llevaba medidor
de oxígeno y se incumple la norma de salir a respirar cada cierto tiempo,
impulsados por los encargados a mantener el ritmo ocho horas. Alevosamente y
por precio.
Por otra
parte hay un intento de ocultación de pruebas. De acuerdo con la versión de las
personas próximas al lugar del fallecimiento, lo que la autopsia certifica como
muerte por asfixia quiere hacerse pasar por un ligero desfallecimiento, una lipotimia de andar por casa. Mientras llega la ambulancia, cuadros de la empresa
revisan el tanque e intentan dejarlo en situación de normalidad; "inspeccionable", vaya.
Un portavoz de Foro, ese partido turbio que gobierna en el ayuntamiento
de Gijón, declara “No tengo dudas sobre
el astillero en cuestión de seguridad”; una de esas irresponsabilidades
habituales de quienes están siempre a favor del dinero. Los que sufren esas
condiciones no opinan igual,“MUERTE EN EL
ASTILLERO Lo primero mandar a la familia y a la novia de Agustín mi más sincero
pésame, por la trágica pérdida que han sufrido en este “accidente”. Esta muerte
ha sido tan dolorosa como anunciada. En el Astillero no ha sorprendido a nadie,
las condiciones de inseguridad e insalubridad que estamos padeciendo no las
recuerdan ni los más viejos trabajadores”.
Es una
connivencia difícilmente justificable desde el punto de vista moral, igual que la de la prensa que oculta las movilizaciones para no indisponerse con el patrono, o que la de una Consejería de Industria inválida y sorda a los clamores, “Solo espero que esta muerte no sea en vano, si la dirección del
Astillero no mejora la seguridad de la gente que está trabajando allí espero
que la Administración, tome cartas en el asunto y actúe de oficio”.
Ayer,
hablando en la calle en uno de esos días de orbayu astur, más gris que nunca
por las circunstancias de las que veníamos cada uno, de soportar irresponsables
políticos, Héctor se encendía explicándome la larga lista de denuncias
infructuosas a la Inspección de Trabajo, de cómo era sólo cuestión de tiempo
que hubiera un muerto. Ya lo hay.
Termina la
carta, “Hoy fue Agustín, pero mañana nos
puede tocar a cualquiera de nosotros. Cuántas muertes vamos a ser capaces de
soportar antes de que reaccionemos, no
pedimos que nos suban el sueldo, aunque estamos ganando menos dinero que nunca.
Lo único que exigimos es volver a nuestras casas cada día, sanos y a salvo.
En mi modesta opinión hay una diferencia entre un accidente laboral y lo que
sucedió a este chico. Para mí un accidente laboral se produce cuando las
empresas ponen los medios necesarios para que estos hechos no sucedan, y los
trabajadores reciben una formación en cuanto a seguridad en el trabajo. Pero
cuando esto no es así, como el caso que nos ocupa, estamos más cerca del
homicidio involuntario que del accidente laboral”.
¿Involuntario?
Hombre, a la empresa no le interesa una muerte, da mala imagen, pero sale más
barato no poner las medidas de seguridad; el trabajador puede ser fácilmente
sustituido, una paga a la familia y a seguir. Esta mañana, a las 7, leo el
periódico habitual y ni una palabra de que ayer las plantillas de las empresas
en crisis se han manifestado por las calles de Gijón exigiendo responsabilidades
a la dirección de Astilleros Armón; amanece el quinto día de huelga.
Fotos: Las tres primeras de Carlos Tuñón, la última de Víctor Cuetos. Gracias por vuestra amabilidad.
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