De acuerdo con su propios datos, la compañía eléctrica ha obtenido en 2013 la bonita cifra de 2.800 millones de euros de beneficio neto, tiene una plantilla de 150.000 personas y piensa invertir 11.000 millones en Reino Unido, España, Brasil y Portugal. Diez personas son seis cienmilésimas de su nómina mundial, el 0’00002 % de ese capítulo inversor, no parece que vayan a ser un factor distorsionador de futuros balances; sin embargo así lo consideran los responsables de la Central Térmica de Lada, aunque no, evidentemente, por motivos contables, en estos tiempos las grandes empresas hacen inversiones ideológicas: los asalariados deben acostumbrarse a obedecer, deben aceptar sin queja alguna las condiciones laborales que se les ofrezcan, más vale un mal puesto de trabajo que una buena indemnización por despido. Para los operarios los números son bastante menos favorecedores; diez bajas son el 100 % de la plantilla, diez salarios casi el 100 % de los ingresos familiares.
La subcontrata operaba en labores de carboneo y cenizas desde 1988, incluso se debe recordar una huelga de los propios trabajadores de la Central para evitar que esas tareas se externalizaran, porque lo consideraban un riesgo para sus puestos. Veinticinco años después aquella joven plantilla está en edades complicadas para conseguir nuevo empleo, entre 43 y 55, su actividad tampoco les obligó a una especialización técnica; su futuro tiene color negro antracita.
Y en la calle siguen, cumpliendo cada día con su jornada laboral de 6’30 a 14’30 a las puertas de la Central, mientras trabajadores de Iberdrola, maldiciendo su suerte, hacen las tareas de carboneo y cenizas. La Cumbre Social del Nalón (CC.OO., UGT, USO, más Asociaciones de Vecinos, de Mujeres y Culturales, más independientes) convoca de vez en cuando actos de apoyo, como el día en que sesenta personas fueron, “a la hora del bocadillo”, a tomarlo con los afectados, o una Espicha Solidaria, con participación de otras empresas en crisis. El día 12 una manifestación recorrió las principales calles de Langreo, desde la Central de Lada al Ayuntamiento, donde los trabajadores fueron recibidos por todos los grupos municipales, que aceptaron aprobar en el pleno una moción de apoyo, así como solicitar una entrevista con la dirección de Iberdrola para mediar en el conflicto. La primera batalla contra el desempleo es evitar que haya más despidos.
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