Que las señoras del Partido Popular celebren el día 8 de
Marzo es tan contradictorio como que el 1º de Mayo salieran a manifestarse los
asociados a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales.
Me
ha tocado la celebración en Palma de Mallorca, en una mañana soleada unas pocas
militantes de la derecha se reunieron para escuchar al President Bauzá. Es
bueno de suyo que los varones se preocupen de estos asuntos, sucede que tengo
algunas dudas cuando se convierten en protagonistas, y aún más, creo que
razonables, cuando se trata de este señor, que empezó su mandato dando tres pasos fundamentales:
poniendo cemento contra la ecología, amenazando la lengua mallorquina (no la
sabe hablar) y quitando las subvenciones para los temas de género.
Para completar el panorama subrayar que los dineros de este último capítulo fueron a parar a las asociaciones de cazadores, hecho simbólico si los hubiere. Supongo que para alegría de su enemigo íntimo y socio de gobierno Señor Delgado que, en un ejercicio de buen gusto, tuvo a bien fotografiarse tocado con las criadillas sangrantes de un ciervo que él mismo había masacrado. Semejante estupidez no le impidió quejarse de la mala imagen de Mallorca que, según él, transmitían los ecologistas, con el pintor Barceló al frente, al denunciar las tropelías urbanísticas en marcha.
Como es muy lógico han celebrado las señoras el PP la fecha del 8 de Marzo en otros sitios con regalos de tratamientos para el cutis, de “personal shoppers” y otras lindezas; en Baleares han lanzado una campaña de apoyo a la maternidad, dirigida a que las futuras madres con dudas, sobre todo adolescentes, “puedan decidir libremente la continuación de su embarazo”. La decisión de la maternidad tiene mucho que ver con los puestos de trabajo, con horarios laborales racionales, con una sanidad pública como es debido, con servicios de guardería y escuela, con vivienda digna, es decir, justo todo lo que el partido del gobierno se está cargando.
Hay que volver a la primera denominación, lo siento mucho. La ONU lo hizo extensivo a todas las mujeres, pero el 8 de Marzo, desde 1911, es el Día de la Mujer Trabajadora. Ya lo habían decidido con anterioridad las afiliadas a la Internacional Socialista, pero colmó el vaso la tragedia del 25 en la fábrica textil Triangle Shirtwaist, en New York, catalogado entre los mayores desastres industriales USA. Un incendio de dudoso origen, pero que casualmente se produjo cuando las mujeres protagonizaban un encierro por cuestiones laborales, acabó con la vida de 146 personas; las puertas estaban cerradas por mandato patronal, algunas se mataron al saltar desde los pisos altos, otras presentaban cadáveres irreconocibles. “Identificada por un anillo”, “identificada por su padre por los tacones de los zapatos”…
No murieron chamuscadas las esposas de los accionistas, que probablemente andarían por Fifth Avenue con su personal shopper; cayeron, en su mayoría, mujeres inmigrantes, extraordinariamente jóvenes; una de once años, dos de catorce, una de quince, siete de dieciséis, quince de diecisiete, once de dieciocho, más de la mitad de las identificadas (algunas ni siquiera se supo quiénes eran) tenían menos de 23 años, que en esa época marcaba la mayoría de edad femenina en España . Con muertes horribles, particularmente dolorosas para sus familias, “madre de otras dos víctimas”, “padre identifica tres cadáveres”, “fallecida por saltar desde el décimo piso”, “muerta en el hospital a los tres días”.
No todas las mujeres son iguales. Aquellas que guardan el botín de los Botín, aquellas cuya máxima preocupación es el cirujano plástico, ocupadas en desfiles de moda y conciertos de caridad, entienden este día como fiesta; para ellas estaba en el escaparate el libro que las ayudaba a convertirse en "un pibón". Otras, las que tienen que pelear en el trabajo y en la casa, las que de verdad no llegan a final de mes, las que no pueden soportar más recortes, tienen mucho que reivindicar en esa y otras jornadas. Que ellas vuelvan a la calle y se quede en casa Mariano.
Pero también debo decir algo a las de esta parte de la barricada. Baja la manifestación por la Rambla (afortunadamente de nuevo Rambla a secas, y no de duque empalmado) y la cabecera grita: “Sense la dona no hi ha revoluçió!”. Me quedo un poco pasmado, luego un tanto desolado. ¿Y con ella? ¿La Revolución? ¿Es esto lo que pide mi vecina Carmina? No, en absoluto; ni piensa en ese asunto. Ella no tiene empleo, bastante trabajo le dan un marido, dos hermanos solteros absolutamente dependientes de sus manos, una hija con horario a turnos y tres nietos; le han recortado la prejubilación al yerno, no puede mandar al hermano seriamente enfermo a una residencia, la vida se ha puesto por las nubes, el colegio…Acude a las manifestaciones que puede, se emociona de verme cuando el encierro de los mineros del Candín; sin apenas salir de casa sabe de sobra cómo va el Gobierno, no piensa en la revolución ahora, se limita a resumir todo en una frase, “¿Cuándo echaremos a ésti?”
Para completar el panorama subrayar que los dineros de este último capítulo fueron a parar a las asociaciones de cazadores, hecho simbólico si los hubiere. Supongo que para alegría de su enemigo íntimo y socio de gobierno Señor Delgado que, en un ejercicio de buen gusto, tuvo a bien fotografiarse tocado con las criadillas sangrantes de un ciervo que él mismo había masacrado. Semejante estupidez no le impidió quejarse de la mala imagen de Mallorca que, según él, transmitían los ecologistas, con el pintor Barceló al frente, al denunciar las tropelías urbanísticas en marcha.
Como es muy lógico han celebrado las señoras el PP la fecha del 8 de Marzo en otros sitios con regalos de tratamientos para el cutis, de “personal shoppers” y otras lindezas; en Baleares han lanzado una campaña de apoyo a la maternidad, dirigida a que las futuras madres con dudas, sobre todo adolescentes, “puedan decidir libremente la continuación de su embarazo”. La decisión de la maternidad tiene mucho que ver con los puestos de trabajo, con horarios laborales racionales, con una sanidad pública como es debido, con servicios de guardería y escuela, con vivienda digna, es decir, justo todo lo que el partido del gobierno se está cargando.
Hay que volver a la primera denominación, lo siento mucho. La ONU lo hizo extensivo a todas las mujeres, pero el 8 de Marzo, desde 1911, es el Día de la Mujer Trabajadora. Ya lo habían decidido con anterioridad las afiliadas a la Internacional Socialista, pero colmó el vaso la tragedia del 25 en la fábrica textil Triangle Shirtwaist, en New York, catalogado entre los mayores desastres industriales USA. Un incendio de dudoso origen, pero que casualmente se produjo cuando las mujeres protagonizaban un encierro por cuestiones laborales, acabó con la vida de 146 personas; las puertas estaban cerradas por mandato patronal, algunas se mataron al saltar desde los pisos altos, otras presentaban cadáveres irreconocibles. “Identificada por un anillo”, “identificada por su padre por los tacones de los zapatos”…
No murieron chamuscadas las esposas de los accionistas, que probablemente andarían por Fifth Avenue con su personal shopper; cayeron, en su mayoría, mujeres inmigrantes, extraordinariamente jóvenes; una de once años, dos de catorce, una de quince, siete de dieciséis, quince de diecisiete, once de dieciocho, más de la mitad de las identificadas (algunas ni siquiera se supo quiénes eran) tenían menos de 23 años, que en esa época marcaba la mayoría de edad femenina en España . Con muertes horribles, particularmente dolorosas para sus familias, “madre de otras dos víctimas”, “padre identifica tres cadáveres”, “fallecida por saltar desde el décimo piso”, “muerta en el hospital a los tres días”.
No todas las mujeres son iguales. Aquellas que guardan el botín de los Botín, aquellas cuya máxima preocupación es el cirujano plástico, ocupadas en desfiles de moda y conciertos de caridad, entienden este día como fiesta; para ellas estaba en el escaparate el libro que las ayudaba a convertirse en "un pibón". Otras, las que tienen que pelear en el trabajo y en la casa, las que de verdad no llegan a final de mes, las que no pueden soportar más recortes, tienen mucho que reivindicar en esa y otras jornadas. Que ellas vuelvan a la calle y se quede en casa Mariano.
Pero también debo decir algo a las de esta parte de la barricada. Baja la manifestación por la Rambla (afortunadamente de nuevo Rambla a secas, y no de duque empalmado) y la cabecera grita: “Sense la dona no hi ha revoluçió!”. Me quedo un poco pasmado, luego un tanto desolado. ¿Y con ella? ¿La Revolución? ¿Es esto lo que pide mi vecina Carmina? No, en absoluto; ni piensa en ese asunto. Ella no tiene empleo, bastante trabajo le dan un marido, dos hermanos solteros absolutamente dependientes de sus manos, una hija con horario a turnos y tres nietos; le han recortado la prejubilación al yerno, no puede mandar al hermano seriamente enfermo a una residencia, la vida se ha puesto por las nubes, el colegio…Acude a las manifestaciones que puede, se emociona de verme cuando el encierro de los mineros del Candín; sin apenas salir de casa sabe de sobra cómo va el Gobierno, no piensa en la revolución ahora, se limita a resumir todo en una frase, “¿Cuándo echaremos a ésti?”
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