A principios de los años 70 se hizo popular este trágico chascarrillo. En una manifestación de trabajadores en El Ferrol del Caudillo la policía originó un muerto; la nota oficial aseguraba que los agentes, con el noble propósito de disuadir a los revoltosos, habían disparado al aire, por consiguiente el pueblo aseveró convencido: ¡Os galegos volan!
Ayer un minero detenido tuvo que ser hospitalizado por fractura de tabique nasal que se produjo él mismo "cuando intentaba huir de las fuerzas del orden". La manifestación nocturna, convocada por las mujeres, hace un alto en el Parque Dorado para rendir homenaje, en el Monumento a la Carbonera, a todas aquellas que trabajaron en las minas; charlo con Antón Saavedra, apartado del Sindicato Minero de UGT porque en 1978 hizo públicos los sucios negocios del carbón en el libro "El fraude de Hunosa", los compañeros se reúnen en torno nuestro para comentar la salud de los heridos y las actuaciones policiales, a la misma hora hay otra batalla campal en Pola de Lena.
La otra guerra, la informativa, hace semanas ya que se ha desatado. ABC, en activo combate proministerial, decía en la portada del sábado "una niña herida en la guerra minera"; en una foto interior, obviando la trigonometría, pretendía explicar que un minero disparaba contra un helicóptero. Gaza, más o menos.
Dice Antón que César está "como una cebra, por los toletazos", él lo siente por el chaval y "porque su padre se había matado en la mina". Desconozco la versión oficial sobre César, pero seguro que el hombre se habrá dedicado de manera contumaz a golpear con sus costillas contra las porras policiales. "A X lo tuvieron sentado en un banco, en el Rubín, y cada poli que paseaba le arreaba...Pues a Y y a Z los tuvieron doce horas atados en unas sillas, sin darles de beber ni nada".
Desde el inicio del conflicto los heridos, apaleados, detenidos, presentados al juzgado y con amenazas de multas se cuentan por centenares, como en un doloroso brindis a las huelgas del 62; Anita la Perruca se indigna de verse volviendo al doloroso pasado.
El domingo el diario regional La Nueva España dedicaba una página completa a convencer a los trabajadores de que estuvieran aposentados. Desde "el fin no justifica los medios", de un ilustre constitucionalista hasta "la reivindicación no justifica los excesos" de un portavoz socialista del Gobierno del Principado, ha habido casi unanimidad en pedir a los injuriados tranquilidad, incluyendo en tan noble tarea al Delegado del Gobierno, la jefa del PP, el enaltecido líder de UPyD o el mismísimo Señor Arzobispo, siempre dispuesto a alzar la voz para denunciar las faltas de los políticos. De la izquierda, que ya se sabe que los de la derecha irán al Cielo, menos los asturianos, que ya están en el Limbo.
Por ello no se siente aludido el irresponsable ministro Soria que se ha saltado un acuerdo firmado con la patronal y los sindicatos. ¿No es eso violencia?
Posteriormente provoca a los huelguistas diciendo que "le preocupan más los plataneros que los mineros", para terminar mintiendo públicamente con la información acerca de costes y subvenciones. ¿Se puede así mantener la calma?
Volvemos, empapados, después de tres horas de caminar bajo la lluvia; la manifestación de las mujeres ha gritado su rabia desde le Pozu Fondón hasta el Pozu Candín, donde cinco héroes llevan mes y medio encerrados a setecientos metros bajo tierra. En la Sidrería El Gaucho no hay más clientes que una docena de policías cenando; tomamos una botella de sidra mientras Luisa, dura con sus empleados, solidaria con todas las causas, nos cuenta que hoy les ha llevado la comida a los del Candín: paella.
También hay mineros encerrados en el Pozu Santiago (Aller), en Santa Rosa del Sil (León), en la Sierra de Arcos (Teruel); en el Ayuntamiento de Cangas de Narcea y en la Diputación de León. Se han confinado en sus casas consistoriales los ediles de los municipios mineros y delante del Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio acampa Tino, de la Asociación de Parados del Valle del Nalón. Esta noche las columnas mineras entrarán en Sol, la Delegada del Gobierno y la Señora Alcaldesa de la capital llevan varios días amenazando a la ciudadanía con la llegada de elementos socialmente peligrosos. ¡Mientras no vuelen!
Homenaje a las trabajadoras mineras |
La otra guerra, la informativa, hace semanas ya que se ha desatado. ABC, en activo combate proministerial, decía en la portada del sábado "una niña herida en la guerra minera"; en una foto interior, obviando la trigonometría, pretendía explicar que un minero disparaba contra un helicóptero. Gaza, más o menos.
Dice Antón que César está "como una cebra, por los toletazos", él lo siente por el chaval y "porque su padre se había matado en la mina". Desconozco la versión oficial sobre César, pero seguro que el hombre se habrá dedicado de manera contumaz a golpear con sus costillas contra las porras policiales. "A X lo tuvieron sentado en un banco, en el Rubín, y cada poli que paseaba le arreaba...Pues a Y y a Z los tuvieron doce horas atados en unas sillas, sin darles de beber ni nada".
Desde el inicio del conflicto los heridos, apaleados, detenidos, presentados al juzgado y con amenazas de multas se cuentan por centenares, como en un doloroso brindis a las huelgas del 62; Anita la Perruca se indigna de verse volviendo al doloroso pasado.
Pozu Candín (Langreo) |
Por ello no se siente aludido el irresponsable ministro Soria que se ha saltado un acuerdo firmado con la patronal y los sindicatos. ¿No es eso violencia?
Posteriormente provoca a los huelguistas diciendo que "le preocupan más los plataneros que los mineros", para terminar mintiendo públicamente con la información acerca de costes y subvenciones. ¿Se puede así mantener la calma?
Volvemos, empapados, después de tres horas de caminar bajo la lluvia; la manifestación de las mujeres ha gritado su rabia desde le Pozu Fondón hasta el Pozu Candín, donde cinco héroes llevan mes y medio encerrados a setecientos metros bajo tierra. En la Sidrería El Gaucho no hay más clientes que una docena de policías cenando; tomamos una botella de sidra mientras Luisa, dura con sus empleados, solidaria con todas las causas, nos cuenta que hoy les ha llevado la comida a los del Candín: paella.
También hay mineros encerrados en el Pozu Santiago (Aller), en Santa Rosa del Sil (León), en la Sierra de Arcos (Teruel); en el Ayuntamiento de Cangas de Narcea y en la Diputación de León. Se han confinado en sus casas consistoriales los ediles de los municipios mineros y delante del Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio acampa Tino, de la Asociación de Parados del Valle del Nalón. Esta noche las columnas mineras entrarán en Sol, la Delegada del Gobierno y la Señora Alcaldesa de la capital llevan varios días amenazando a la ciudadanía con la llegada de elementos socialmente peligrosos. ¡Mientras no vuelen!
Concentraciones de solidaridad con los encerrados |
Manifestación nocturna de las mujeres |
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