Ir al contenido principal

Siempre sucede un veintitrés de febrero

Hay fechas que se empecinan en destacar en el calendario, que se van convirtiendo en síntomas sociales. En España, desde 1981, sucede con el veintitrés de febrero. A las seis de la tarde de aquel día soleado un personaje de zarzuela, “un guardia civil con bigote” como dice la coplilla, dio un susto de muerte a una Democracia en pañales.
En este veintitrés de febrero el juez Garzón es expulsado de la carrera judicial por ordenar, a lo que se ve indebidamente, grabar conversaciones de presuntos corruptos con sus abogados. Resulta cuando menos sorprendente que se haya juzgado y condenado primero al instructor que a los que se han llevado los dineros del Estado.

A veces me parece que Baltasar Garzón no ha estudiado para juez sino para mártir, sólo que esta carrera no tiene título oficial. Para empezar ya tiene nombre de Rey Mago y apellido de judío sefaradí, no puede pasar desapercibido. Empezó a destacar en la judicatura con espectaculares acciones contra ETA y contra las organizaciones gallegas de narcos; es raro que en aquellos días no se hubiera convertido en víctima. Felipe González le llamó a la política; en cuestión de meses el idilio entre ambos llevó al enfrentamiento, dejó el escaño, volvió a la toga y llevó a la cárcel a ministros, directores generales y policías implicados en la guerra sucia en Euskadi y en malversaciones colaterales de fondos reservados.

Se enemistó con la izquierda entre sonoros aplausos y sentidos florilegios de la derecha. Pero tampoco duraron los elogios: consiguió la detención de Pinochet en Londres, destapó la financiación irregular del Partido Popular y reabrió las causas por los asesinatos del franquismo. A partir de tales actuaciones estuvo en el punto de mira de nuevos enemigos.

Uno de sus principales perseguidores es la asociación,-sindicato se autoproclama-, “Manos Limpias”, una copia sospechosa y mala de la trasalpina “Mani Pulite”, un colectivo de magistrados que hace veinte años plantó cara a la corrupción política en Italia y acabó con las poco gloriosas hazañas de importantes cargos, incluido el jefe de gobierno. Bettino Craxi puso pies en polvorosa y vivió un exilio dorado cerca, en Túnez, cuyo mandatario pertenecía a la Internacional Socialista. (Sí, ése, el presidente al que los propios tunecinos han depuesto recientemente).

Hablo con mi amigo Severino, opina como abogado, dice que eso de grabar las conversaciones atenta contra el derecho de defensa; entramos en un debate complicado, porque esa misma actitud se permite cuando el acusado pertenece a banda armada. Sí nos ponemos de acuerdo en la percepción de que Garzón no es un buen juez instructor, se le han escapado por errores de procedimiento narcotraficantes, policías corruptos, políticos tramposos y miembros de ETA.

En cualquier caso siempre ha sido valiente y, por otra parte, el Poder Judicial ha mantenido en sus puestos a personajes que han cometido errores de bulto, injusticias manifiestas y ventas de favores.

El Sr. Ruiz Mateos se enfrenta a una periodista que comete la imprudencia de querer formular una pregunta en una rueda de prensa. Otro veintitrés de febrero, 1983, sus empresas fueron expropiadas diez minutos antes de que explotaran; desde entonces persiguió de mil pintorescas maneras a Felipe González y Miguel Boyer, calificándoles como mínimo de ladrones.

El mártir “y sus hijos varones”, al mismo tiempo que perdía juicio tras juicio contra el Estado, reconstruía su imperio con dinero que había salvaguardado en paraísos fiscales y con heterodoxos métodos de financiación. Su segundo intento ha vuelto a estrellarse llevándose por delante miles de puestos de trabajo, los ahorros de algunos centenares de incautos y la fiabilidad de unas decenas de marcas comerciales de antiguo prestigio.

Esta vez no puede acusar al gobierno socialista de la cadena de suspensiones de pagos y quiebras en patético efecto dominó, así que se ha buscado otro enemigo: Emilio Botín, dueño del Banco de Santander; de escribirle cartas de amor ha pasado a la amenazas, “si uno sólo de mis hijos va a la cárcel lo contaré todo”. Mientras tanto ya está denunciado por estafa y por evadir bienes muebles a Suiza.

De todas formas mis reflexiones no van tanto hacia una familia con inequívoca vocación filibustera, como sobre un sector de sus víctimas, las que les prestaron sus ahorros. La Rumasa primera era una estafa piramidal, apoyada sobre una publicidad populachera y un producto financiero peculiar, las “rumasinas”, acciones (u obligaciones, no recuerdo) de papel mojado. La segunda, Nueva Rumasa, se construye exactamente de la misma manera y la gente le da dinero a cambio de unos bonos inservibles, a pesar de las advertencias del Consejo Nacional del Mercado de Valores.

Una versión más sofisticada del popular timo de la estampita. ¿Cómo se puede explicar?; por la codicia, por la necesidad de lavar dinero negro, pero también por una cuestión ideológica: apoyar la lucha del bravo empresario que se enfrenta a pecho descubierto, protegido sólo por la fe  en la Virgen (sic), a un océano de dificultades financieras y políticas.
"El enemigo" utiliza armas de destrucción masiva

Me he alargado tanto que ya no me cabe escribir sobre el tercer mártir, Don Iñaki Urdangarín, conde de Palma, ciudad en la que hoy mismo está declarando sobre una supuesta metida de mano en las arcas públicas. Un columnista local escribe que es una provocación “la llegada de un centenar largo de policías antidisturbios” para protegerle.

Por cierto que la operación es doblemente arriesgada, porque las fuerzas vienen de Valencia, donde, como se sabe, el Jefe Superior de Policía está muy seriamente preocupado de que sus posiciones no sean conocidas “por el enemigo”, es decir, adolescentes que se quejaban de que en su instituto no hay calefacción.

Y les partieron la cabeza, claro; como corresponde a los nuevos tiempos.

Comentarios

  1. Si no voy mal en títulos nobiliarios, el protomártir de la familia real, Don Iñaki, es DUQUE de Palma (por ahora).

    A tres mil eurazos el día de balcón con vistas a los Juzgados de Via Alemanya esta semana. Una pena que el mío solo dé a una calle con nombre de presidente republicano.

    ResponderEliminar
  2. No termino de aprenderme esto de las jerarquías.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tener toda una rambla con el nombre ayuda a recordar.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Se me han hinchado las narices

Se montado la de la Virgen. La corporación ha hecho público que retirará los símbolos religiosos de los centros oficiales, incluyendo, claro, la imagen de la Virgen del Carbayu, patrona de Langreo, y una parte de la población ha montado en cólera. El martes hubo concentración, voces, imprecaciones y zarandeos. “¿Qué y-pasa a esti home? Na, que cayó, ahí nel pasu peatones. ¡Ah, en el ladrillu esi!” Por lo que se ve todo el mundo lo conoce; hay una diferencia de casi cinco centímetros entre la acera y el badén, cualquiera puede tropezar y romperse la cara a la entrada del Mercadona. En este caso era al ir, si es a la vuelta, con las bolsas en las manos, me parto el alma. Reunieron más de cinco mil firmas. A la puerta de la Casa consistorial leyó Julio las razones por las que consideraban que no debería retirarse la imagen, ante unas quinientas personas que lo apoyaban. Dicen que los concejales de Somos se rieron, y se armó la de dios es cristo. La gente se impresiona mucho por

Montauban, Azaña y otros exilios

No terminaba de entenderlo. Fui preguntando a gente que sabe más que yo de estos asuntos. Una señora de Asturies, un señor de Lleida, más próximos a la centena que a la noventena de años, habían decidido dejar de hablar en castellano, era como si no lo recordasen. La gente me dice que es bloqueo por los sufrimientos de la guerra, la emigración forzosa, la terrible postguerra…Puede ser. La Red Republicana nos invitó a ir a Montauban , con motivo del 75 aniversario de la muerte de Azaña, el 3 de noviembre; acudí en calidad de vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias, junto al presidente de honor, Paco Prendes y los compañeros Faustino Álvarez y Antonio Cuervo; agradable compañía.  Yo no sabía mucho de Azaña, no le había prestado interés, la verdad; sin embargo hay algo en lo que todo el mundo insiste cuando habla de él: su sentido ético, suficiente para dedicarle atención en una España que parece haberlo perdido, más cuando la palabra que oigo repetir, relativa a esos a

El crimen de Vindoria

Había poca luz en la cocina, por entonces la corriente venía a 125 voltios y las bombillas tenían pocos watios, para no gastar; además era frecuente que se cortara el servicio, se levantaba entonces la sólida tapa de hierro colado y la lumbre proyectaba sobre la pared figuras espectrales. La Cuesta Vindoria estaba entre los espectros de mi infancia, entre las historias que oía contar después de la cena; ahora los conozco mejor gracias al libro de Rosa del Carmen Álvarez Campal, que explica el asesinato de cinco mujeres y tres hombres de Laviana, a mano de civiles golpistas. Luis el de la carretera, 55 años, Avelino Hevia, 23, Pepe Toribio, 50, Julia Morán, 41, Chucha la de Blas, 20, Luisa la Cucharona, 19, Rosario Montes, 39, y Joaquina Antuña, 33, fueron sacadas en un camión de la repleta cárcel comarcal ( “no había sitio para sentarse” ) en una noche de otoño que amenazaba nieve, y rematadas, once kilómetros Río Nalón abajo, en una curva donde nunca da el sol. ¿Por