Me joden los profetas “a posteriori”, los que pronostican después de que todo haya sucedido. La crisis financiera que nos hizo a todos más pobres desde 2008 en adelante no la vio venir nadie; de hecho, las empresas del IBEX repartieron ese año sustanciosos dividendos, puesto que los beneficios del anterior llamaban a la opulencia. Sin embargo, con la perspectiva del tiempo, todo el mundo se atrevió a decir que había sido una temeridad y los listos escribieron acerca de “lo que se debería haber hecho”. Con esta historia del virus pasa igual. Ahora hay miles de agoreros, pronosticadores del pasado, aconsejando. Se les ven las plumas políticas enseguida; entonces hablaban de Zapatero como el peor gobernante de la Historia, ahora cargan contra Sánchez. Tampoco me importa mucho que se metan con el Gobierno, es el deporte nacional, lo llevan en el sueldo; entre los italianos es proverbial el “Piove… ¡Governo ladro!” (Llueve, ¡gobierno de ladrones!), igual que nosotros echamos la culpa de...
El sol ilumina Cuturrasu antes que nada en Langreo. En una mesa electoral en 2011 nacieron estos apuntes. Literalmente de la aldea al mundo