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Mostrando entradas de abril, 2015

¿Y si los eliminamos?

  Daños colaterales imprevistos. La política económica del FMI, aplicada con celo por sus acólitos del PP, ha originado un ejército de pobres que hace un efecto fatal, fatal, fatal en las ciudades, de modo que las clamorosas quejas de la población han llegado a una política tan sensible al sentir de la ciudadanía como Doña Esperanza Aguirre: “ En todas partes la mayor queja que hay de los vecinos es porque no pueden disfrutar de parques y zonas verdes ”. Muy sensata, la candidata;  fina en el análisis,  escuchando la voz de la gente,  “ porque están ocupadas por personas, generalmente de origen extranjero ”, detrás de las que están unas mafias y “ que piden, no solamente para sobrevivir sino para tener un muy buen vivir ”.  Muy buen vivir debajo del puente, no con las incomodidades de un piso en Serrano, de modo que hay que desalojarlos, “erradicarlos” dice, “porque ahuyentan a los turistas”, que se sienten, almitas de dios, presionados por los pedigüeños. No es nueva, la idea,

Las falacias#El filósofo.

Numerosas calumnias y estereotipos funcionan según estructuras falaces. Por tanto, la capacidad de detectar una falacia es uno de los elementos que contribuyen a una vida democrática decente. Martha C. Nussbaum, premio Príncipe de Asturias 2013. Ya he escrito anteriormente sobre los intentos de manipularnos desde el poder a base de falacias, que luego, repetidas un número de veces suficiente desde los medios de comunicación, terminan arraigando entre nosotros, a veces como verdades eternas; por eso es preciso que las señalemos. Que un político vulgar, cuyo puesto de trabajo está en cuestión cada cuatro años, quiera tomarnos el pelo no lo disculpo, pero lo entiendo; que lo haga alguien que se autodefine como filósofo ya me parece insoportable. El señor Bernard-Henri Levy aparece de tarde en tarde en las páginas de un periódico que antes era serio; en su firma dice “BHL es filósofo”, y suele ilustrarnos sobre asuntos turbios, tales como la necesidad del estado de Israel de de

Paisaje humano de Cracovia.

Notas de un viaje del 20 al 26 de marzo. Era una excursión de adolescentes hebreos, más que traviesos gamberros, maleducados; revolvían sin ninguna consideración las estanterías, los cajones, los botes y la caja registradora de la botica, para desesperación del vigilante, que no entendía que el profesorado no pusiera orden. En una de la esquinas poco iluminadas observo a uno de los chicos rezar apartado, con ese cabeceo propio de sus hábitos; no había visto ningún objeto expuesto que llamase a tal devoción, me acerco de nuevo para ver que se me ha pasado y el chaval se retira llorando. Miro con más detalle y encuentro por fin el detalle espeluznante: ¡una pastilla de jabón! Apteka pod Orlem, la Farmacia bajo el Águila, consuelo de los pesares de los judíos del ghetto. Con alegría observo que se señala a todo un equipo, no solamente al propietario, Tadeusz Pankiewicz, “Justo entre las naciones”, sino a sus colaboradoras necesarias en la humanitaria tarea, Helena