Ir al contenido principal

También mueren los dioses

 



No es nada original el titular del diario deportivo francés, ya lo había escrito Friedrich Nietszche hace muchos años. El filósofo venía a decir, dios ha muerto, ¿y ahora qué? En un doble sentido, de una parte, el ser humano sería libre para vivir sin ataduras irreales, gozando alegremente de su naturaleza; si bien, de otra, podría quedar desvalido, sin una muleta fundamental para su existencia. Se sentiría desamparado: “¿No veis de continuo acercarse la noche, cada vez más cerrada?” (La gaya ciencia, Die Fröhliche Wissenschaft, 1882) Desafortunadamente, hemos tenido que crearnos falsos ídolos, no hemos sido capaces de tomar las riendas, hemos seguido creando ataduras irracionales. Nos ha faltado Voluntad.

Se muere un futbolista, bueno en su profesión, pero que no ha salvado a la humanidad de nada, y el mundo se estremece. Los periodistas le loan, sus compañeros le alaban, los presentadores de televisión lloran ante las cámaras como si se hubieran quedado huérfanos, y abren la Casa Rosada a sus despojos como si el porvenir de la patria dependiera de sus milagros. Habida cuenta de que el Papa también es compatriota suyo, quizá se pueda estudiar la canonización.

Entre tanta estupidez, me hacen llegar el comentario de una chica, crítica con Guardiola, que en otra ocasiones se había mostrado comedido. Le dice que discrepa de su opinión, porque el finado

…fue un putero, un pedófilo y un maltratador…estamos idealizando a una persona que se creyó con el derecho de comprar el cuerpo  de las mujeres para su uso y disfrute, estamos alabando a una persona que ha posado con dos menores de edad desnudas en una fiesta y estamos mitificando a una persona que ha maltratado física y sicológicamente a su pareja…Representa un modelo de masculinidad que ni se cuida ni ejerce cuidados, representa la creencia de que el hombre tiene derecho a decir y hacer todo lo que quiera…La obra de un artista no se puede separar de su vida…

Los datos son irrefutables. Diego Armando Maradona, aparte de lo que haya exhibido en las revistas vacuas, ha tenido dos hijos con “su novia de toda la vida”, con la que se casó cuando ya eran mayorcitos; otros ocho que se ha visto obligado a reconocer obligado por los tribunales y dos más en proceso de investigación. Una de sus hijas declaraba: “Ya falta menos para que tengas tu propio equipo de fútbol”.

No voy a decir nada sobre sus adicciones, cada cual tiene las propias: el café, el chocolate, el alcohol, la maría, el caballo, telecinco…Toda persona necesita un estimulante que le eche una mano en las horas bajas, cada una busca sus disculpas, y quien esté libre de pecado que arroje el primer ansiolítico. ¡Cómo será que hay gente que hasta escucha a Bertín Osborne! (luego, para despistar, asegura que es cantante). Ahora bien, sí me parece justo subrayar una que Diego Armando ha mantenido a salvo de miradas periodísticas, hasta que fue descubierta por Maruja Torres; ella ha sido tan discreta que no lo ha revelado hasta la madrugada de hoy: la afición desmesurada a los bocadillos de mortadela. “Tenía el sofá, toda la casa llena de bocadillos de mortadela”.

Desde el punto de vista deportivo, todas las televisiones reproducen hasta la saciedad aquella jugada en que, en carrera desde su propio campo, sortea a cinco o seis contrarios y marca. Muy bien, aunque la hemos visto en otros jugadores y no son dioses. Señalan como anécdota divertidísima, como graciosa picaresca, el gol que marcó a Inglaterra con la mano; ¿es eso lo que queremos enseñar a nuestros niños, a hacer trampa en el deporte?

La imagen que yo tengo grabada, en cambio, es la de la patada alevosa que le propinó a un jugador brasileño, (Eder, creo), en el campeonato del mundo de 1982. El dos de julio, -el mismo día que España quedaba eliminada de su mundial-, cuando Argentina ya perdía 0-3 contra Brasil, le solmenó una coz en la entrepierna, con los tacos por delante, a su rival. Para haberlo desgraciado. La peor imagen de un mal perdedor frustrado. ¿Un ejemplo para la juventud?

Dice Bango, ex jugador del Real Oviedo, que le vio llevar a un mendigo para su casa. Cuenta Monchu, ex jugador del Sporting, que a él le regaló un rolex y una cadena de oro, que ahora disfrutan sus padres. Ambos coincidieron con el astro en el Sevilla, en el ocaso de su carrera.

Citan estos casos como ejemplo de generosidad. De megalomanía, diría yo. Deseo de dárselas de poderoso, tonterías de nuevo rico, muestras de caridad en público. Pero entretanto, no solamente niega el pan a los niños que echó al mundo, sino que no paga sus impuestos.

Después de muchas vueltas, en 2005 por fin fue condenado por los tribunales italianos a pagar al fisco 37’2 millones de euros, producto de su deuda tributaria. Daría vueltas y vueltas para evitarlo, incluso un periódico, supongo que amigo, llegó a publicar en 2013 que el asunto estaba sobreseído. La Hacienda italiana dijo que de eso nada. Él mismo se quejaba de que en una de sus estancias en Nápoles, de visita para ser aplaudido, “le habían embargado un reloj de 10.000 dólares USA”.


¿Cómo marca la hora un reloj de tal precio? Es el sino de estos niños mal criados, que se gastan en un lujo absolutamente banal el salario de un año de una familia. En casas ostentosas, coches que pueden andar a 300 Kms/hora en carreteras donde no se debe pasar de 120, cumpleaños a los que asisten sus amistades en aviones privados… ¡Pecados de lesa humanidad!

Me irrita ver a la gente a las puertas del juzgado aplaudiendo a Messi y a Ronaldo (que de cristiano solo tiene el nombre), cuando salen, criminales convictos y confesos, de pactar con la fiscalía “sólo” dos años de cárcel a cambio de pagar todo lo que por ley deberían haber abonado. “Se ha hecho evidente que aquellos que no pagan impuestos no solo cometen un delito, sino también un crimen: si no hay suficientes camas de hospital y respiradores artificiales, también es su culpa”, dijo Francisco, el argentino que trabaja de papa (Reuters, 18 de marzo).

No suelo alegrarme de que muera un ser humano, es una pérdida irreparable; pero sí me parece bien que desaparezcan los dioses, salvo en los libros de las mitologías, donde está su lugar natural. Son bien divertidos.

Il n’est pas de sauveurs suprêmes :

Ni Dieu, ni César, ni tribun,

Producteurs, sauvons-nous nous-mêmes !

(1871, Eugène Pottier)

Ni en dioses, reyes ni tribunos

está el supremo salvador.

Nosotros mismos realicemos

el esfuerzo redentor.

(Versión española)

Comentarios

  1. "Dios ha muerto y con él sus blasfemadores." (Nietzsche) La cosa tiene miga.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Se me han hinchado las narices

Se montado la de la Virgen. La corporación ha hecho público que retirará los símbolos religiosos de los centros oficiales, incluyendo, claro, la imagen de la Virgen del Carbayu, patrona de Langreo, y una parte de la población ha montado en cólera. El martes hubo concentración, voces, imprecaciones y zarandeos. “¿Qué y-pasa a esti home? Na, que cayó, ahí nel pasu peatones. ¡Ah, en el ladrillu esi!” Por lo que se ve todo el mundo lo conoce; hay una diferencia de casi cinco centímetros entre la acera y el badén, cualquiera puede tropezar y romperse la cara a la entrada del Mercadona. En este caso era al ir, si es a la vuelta, con las bolsas en las manos, me parto el alma. Reunieron más de cinco mil firmas. A la puerta de la Casa consistorial leyó Julio las razones por las que consideraban que no debería retirarse la imagen, ante unas quinientas personas que lo apoyaban. Dicen que los concejales de Somos se rieron, y se armó la de dios es cristo. La gente se impresiona mucho por

Montauban, Azaña y otros exilios

No terminaba de entenderlo. Fui preguntando a gente que sabe más que yo de estos asuntos. Una señora de Asturies, un señor de Lleida, más próximos a la centena que a la noventena de años, habían decidido dejar de hablar en castellano, era como si no lo recordasen. La gente me dice que es bloqueo por los sufrimientos de la guerra, la emigración forzosa, la terrible postguerra…Puede ser. La Red Republicana nos invitó a ir a Montauban , con motivo del 75 aniversario de la muerte de Azaña, el 3 de noviembre; acudí en calidad de vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias, junto al presidente de honor, Paco Prendes y los compañeros Faustino Álvarez y Antonio Cuervo; agradable compañía.  Yo no sabía mucho de Azaña, no le había prestado interés, la verdad; sin embargo hay algo en lo que todo el mundo insiste cuando habla de él: su sentido ético, suficiente para dedicarle atención en una España que parece haberlo perdido, más cuando la palabra que oigo repetir, relativa a esos a

El crimen de Vindoria

Había poca luz en la cocina, por entonces la corriente venía a 125 voltios y las bombillas tenían pocos watios, para no gastar; además era frecuente que se cortara el servicio, se levantaba entonces la sólida tapa de hierro colado y la lumbre proyectaba sobre la pared figuras espectrales. La Cuesta Vindoria estaba entre los espectros de mi infancia, entre las historias que oía contar después de la cena; ahora los conozco mejor gracias al libro de Rosa del Carmen Álvarez Campal, que explica el asesinato de cinco mujeres y tres hombres de Laviana, a mano de civiles golpistas. Luis el de la carretera, 55 años, Avelino Hevia, 23, Pepe Toribio, 50, Julia Morán, 41, Chucha la de Blas, 20, Luisa la Cucharona, 19, Rosario Montes, 39, y Joaquina Antuña, 33, fueron sacadas en un camión de la repleta cárcel comarcal ( “no había sitio para sentarse” ) en una noche de otoño que amenazaba nieve, y rematadas, once kilómetros Río Nalón abajo, en una curva donde nunca da el sol. ¿Por