Ir al contenido principal

Encierro. Lectura. Niños. Necrológica.




 Enseguida hice los preparativos a ocupar el puesto de educador. Recogí la licencia de armas, me compré una Browning y rebusqué libros que trataran la educación de los jóvenes hasta que encontré un librito de Pedagogía de 1852.



Estas palabras seguramente las entenderán mejor las personas que se han quedado enjauladas con niños propios o ajenos en estos puñeteros tiempos del “brote”. El virus, llevamos comentando, aparte de las consecuencias letales para varios miles de personas mayores, va a disparar las estadísticas de desempleo y aumentar los problemas de sobrepeso, los casos de maltrato machista y de divorcio, además de hacer crecer la natalidad.

Niños. De los conflictos con ellos nadie se atreve a escribir; la prensa entrevista a familias numerosas y salen con sonrisa de anuncio dental. Solamente osa opinar un gamberro como Jaroslav Hasek (1883-1923), escritor iconoclasta al que admiro desde que conocí Las aventuras del buen soldado Svejk, las andanzas de un Sancho Panza centroeuropeo intentando sobrevivir en la Gran Guerra. Autobiográfica, en buena parte, como esta colección de cuentos que ahora te muestro, Cómo encontré al autor de mi necrológica. (La Fuga ediciones. Barcelona, 2019)

Jaroslav va al encuentro de un periodista “amigo”, que le pone a parir en una nota fúnebre, inventada, porque cobraban a tanto la página y había que llenar cuantas se pudieran. (Total, él estaba en el frente ruso, ni se enteraría y podría caer fácilmente). Malos tiempos para los escritores, como cuando recibe Jasek a modo de pago de sus cuentos unos relojes que intenta vender por las tabernas, hasta que lo detienen por no tener permiso de venta ambulante. No es lo suyo la burocracia, tal que, supuestamente muerto, sube su alma al descanso eterno y no la dejan entrar porque no trae el certificado de defunción.

Sus conflictos con el poder son constantes, se puede ver en el relato de su presencia en un mítin anarquista. Tampoco se lleva bien con la sociedad civil, así llega a dirigir una revista de zoología, para ahorrarse los trabajos de la investigación científica, -una innecesaria pérdida de tiempo, tú ya te das cuenta-, se inventa animales. Mi primera creación fue el terribilis jalador al que los nativos de las islas Felisas llamaban ayaroro. Se trataba de una criatura que, de diez de la mañana a cuatro de la tarde vivía en aguas marinas, mientras que el resto del día se lo pasaba en las islas engullendo niños.

Niños. Quiso su mala suerte que un tierno infante se empeñara en poseer un bello licántropo siberiano. Otro de sus muchos descubrimientos, como el licántropo manchú, la ballena de vientre asulfatado y otros tantos que significaron un gran avance para las Ciencias de la Naturaleza. Tuvo que huir a Moravia, con la intención de fundar otra revista y escribir sobre la capacidad intelectual del ciempiés.

La portada de Svejk y esta ilustración son de Josef Lada

Ya desde el inicio de su vida laboral chocó con la inocente infancia. Cuando el señor Koloska le contrató en la droguería, se encontró con el pelirrojo Francek que volvía loca a la plantilla con sus travesuras, una vez lo pillé barrenando un barril de hojalata, de los de aceite, pero no hay más remedio que aguantarle, para que su madre, la portera, no los indisponga con la clientela.

Es esa la razón por la que tuvo que recurrir al manual de preparación como educador. Bien es cierto que su propia vida le lleva a ser precavido. Escribe en Mi confesión, después de venir de atracar un banco, llegué a Praga felizmente en tren después de engatusar a una anciana en el balconcito del último vagón. Le arranqué el bolso y la empujé en plena marcha. Así que tomó buena nota de los consejos del libro:

La compasión en su justa medida es uno de los más nobles afectos del corazón humano, sin embargo, es un sentimiento que requiere de límites y que no debe convertirse en debilidad, lo que naturalmente no significa que haya que pegar a los niños hasta que desfallezcan. En caso de que observemos desfallecimientos tendremos que parar de inmediato los azotes y probar de reanimar a la criatura…

Hasek tuvo la suerte de poder echarse a la cara al autor de su insultante necrológica; me preocupa que, si alguien escribe la mía, podría yo, acaso, tener dificultades para leerla.



Comentarios

  1. Jaroslav Hašek en WIKIPEDIA
    Nacido en 1883 en una familia humilde, la búsqueda de trabajo obligó a su padre a trasladarse constantemente de ciudad. A los quince años abandonó sus estudios y se colocó como ayudante de farmacia. En estos años estudió comercio en Praga, obteniendo el título en 1902 y comenzó a trabajar en la banca, aunque pronto fue despedido por sus excesos con la bebida.
    Por estos años comenzó su carrera como escritor, publicando varios artículos de tendencia anarquista. En 1907 consiguió el cargo de redactor jefe del periódico anarquista Komuna. Aparecieron también escritos suyos en otras publicaciones periódicas, como Ženský obzor ("El horizonte de la mujer"), de tendencia feminista, Svět zvířat (El mundo de los animales) pero perdió su cargo rápidamente por inventar animales, una publicación satírica, y, desde 1911, en České slovo (La palabra checa), además de otras colaboraciones ocasionales en Čechoslovan, Pochodně o Humoristicky listy.
    En 1911 fundó el «Partido del lento progreso dentro de los límites de la ley» («Stranu mírného pokroku v mezích zákona») y se presentó como su candidato, caricaturizando al mismo tiempo al resto de partidos políticos y al sistema electoral.
    Ese mismo año casó con la escritora Jarmila Mayerová. Para obtener mayores recursos se dedicó a la peregrina actividad del robo y tráfico de perros, llegando a inventar falsos pedigríes para revender bastardos a mejor precio, como también hará el buen Švejk, el protagonista de su novela.
    No le fueron extraños los impulsos suicidas, y un día intentó arrojarse desde un puente de Praga. A raíz de este incidente, pasó un corto período en un hospital siquiátrico, estancia que también constituirá posteriormente una fuente de inspiración.
    A pesar de tener un hijo de Jarmila, esta lo dejó poco después para volver con sus padres, llevándose consigo a su hijo. Hašek se resignó entonces a alquilar una habitación en un burdel, el «U Valsu».
    En 1915, Hašek, que llevaba una vida bohemia, se alistó en el ejército austrohúngaro, incorporándose a filas en el frente de Galizia. Muchas de las críticas hacia sus superiores, utilizando sus verdaderos nombres, aparecerán en El buen soldado Švejk. En septiembre de 1915, su unidad quedó aislada tras una operación ofensiva de las tropas rusas, y Hašek cambió de bando para luchar con los rusos. En 1917, la Revolución rusa puso fin a la guerra en el frente del este. Liberado Hašek, se comprometió voluntariamente al servicio de la causa bolchevique en 1918. Paralelamente se comprometió con la Legión Checa, una organización nacionalista destinada a emancipar a los checos de la tutela austrohúngara.
    De vuelta en Praga, capital de la nueva Checoslovaquia, en 1920, comenzó a intervenir en política, guiado más que nunca por sus ideales comunistas y nacionalistas. De Rusia traía, entre otras cosas, a una nueva mujer, aunque nunca se divorció de Jarmila.
    A partir de este año, Hašek comenzó a publicar las aventuras del valiente soldado Švejk, un personaje que ya había aparecido en anteriores relatos breves, hoy perdidos. Contrariamente a las novelas de Kafka, escritas en alemán, la vivacidad negra y cómica de Jaroslav Hašek iba dirigida directamente al pueblo, en su lengua nacional, el checo. Tenía la intención de escribir seis volúmenes, pero no pudo terminar sino tres debido a su prematura muerte sucedida el 3 de enero de 1923 en Lipnice nad Sázavou. Los tres volúmenes se publicaron, seguidos por un cuarto volumen póstumo inacabado, pero terminado por su amigo Karel Vaněk. El protagonista de esta novela es un soldado pícaro y sin motivación, cuyas peripecias durante la Primera Guerra Mundial demuestran el sinsentido del conflicto bélico.
    En 1991 algunos de sus escritos de juventud fueron reunidos bajo el título El escándalo de Bachura y otras novelas. En 2005, el escultor Karel Nepraš erigió un monumento ecuestre dedicado a la memoria de Jaroslav Hašek en el barrio praguense de de Žižkov, donde el creador del soldado Švejk había vivido.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Se me han hinchado las narices

Se montado la de la Virgen. La corporación ha hecho público que retirará los símbolos religiosos de los centros oficiales, incluyendo, claro, la imagen de la Virgen del Carbayu, patrona de Langreo, y una parte de la población ha montado en cólera. El martes hubo concentración, voces, imprecaciones y zarandeos. “¿Qué y-pasa a esti home? Na, que cayó, ahí nel pasu peatones. ¡Ah, en el ladrillu esi!” Por lo que se ve todo el mundo lo conoce; hay una diferencia de casi cinco centímetros entre la acera y el badén, cualquiera puede tropezar y romperse la cara a la entrada del Mercadona. En este caso era al ir, si es a la vuelta, con las bolsas en las manos, me parto el alma. Reunieron más de cinco mil firmas. A la puerta de la Casa consistorial leyó Julio las razones por las que consideraban que no debería retirarse la imagen, ante unas quinientas personas que lo apoyaban. Dicen que los concejales de Somos se rieron, y se armó la de dios es cristo. La gente se impresiona mucho por

Montauban, Azaña y otros exilios

No terminaba de entenderlo. Fui preguntando a gente que sabe más que yo de estos asuntos. Una señora de Asturies, un señor de Lleida, más próximos a la centena que a la noventena de años, habían decidido dejar de hablar en castellano, era como si no lo recordasen. La gente me dice que es bloqueo por los sufrimientos de la guerra, la emigración forzosa, la terrible postguerra…Puede ser. La Red Republicana nos invitó a ir a Montauban , con motivo del 75 aniversario de la muerte de Azaña, el 3 de noviembre; acudí en calidad de vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias, junto al presidente de honor, Paco Prendes y los compañeros Faustino Álvarez y Antonio Cuervo; agradable compañía.  Yo no sabía mucho de Azaña, no le había prestado interés, la verdad; sin embargo hay algo en lo que todo el mundo insiste cuando habla de él: su sentido ético, suficiente para dedicarle atención en una España que parece haberlo perdido, más cuando la palabra que oigo repetir, relativa a esos a

El crimen de Vindoria

Había poca luz en la cocina, por entonces la corriente venía a 125 voltios y las bombillas tenían pocos watios, para no gastar; además era frecuente que se cortara el servicio, se levantaba entonces la sólida tapa de hierro colado y la lumbre proyectaba sobre la pared figuras espectrales. La Cuesta Vindoria estaba entre los espectros de mi infancia, entre las historias que oía contar después de la cena; ahora los conozco mejor gracias al libro de Rosa del Carmen Álvarez Campal, que explica el asesinato de cinco mujeres y tres hombres de Laviana, a mano de civiles golpistas. Luis el de la carretera, 55 años, Avelino Hevia, 23, Pepe Toribio, 50, Julia Morán, 41, Chucha la de Blas, 20, Luisa la Cucharona, 19, Rosario Montes, 39, y Joaquina Antuña, 33, fueron sacadas en un camión de la repleta cárcel comarcal ( “no había sitio para sentarse” ) en una noche de otoño que amenazaba nieve, y rematadas, once kilómetros Río Nalón abajo, en una curva donde nunca da el sol. ¿Por