Ir al contenido principal

Marta, a partir del diluvio de Felechas.


Yo también estaba en Felechas  cuando en agosto de 2014 cayó el diluvio y se perdió el hijo de Marta.
Cuando salimos de Vegacervera ya amenazaban los nubarrones. Llegamos temprano, como solemos, las puertas están abiertas, “¿Dónde se puede tomar un café, el bar no…?” “¡Evasio, a ver, un café para estos chavales!” “Que vengan a casa”. El grupo folklórico se prepara entre el soportal y el patio del caserón. El gaitero había coincidido con nosotros en las Marchas de la Dignidad de marzo, nos saluda entre alborozado y sorprendido, “¡Qué hacéis aquí?” “Casi como tú, pero sin gaita”. Toño Morala nos abraza afectuosamente. Alejandro, el primogénito de Marta, había quedado a cargo de Juan Manuel; se perdieron en el bosque por buscar un perro.
Puri Sánchez de Piediciones
Puri Sánchez, -el 50% del consejo de administración de la editorial-, se perdió en Langreo, la librera gorda le dijo que estaba equivocada, “¡Esto es La Felguera!”, algo así como si una de las Eras de Renueva te dice que no estás en León o uno de Vallekas te dice que aquello no es Madrid. También llovía a mares los dos días de la presentación del libro, con vientos racheados de esos que se burlan de los paraguas, como en Felechas; aun así se llenaron los locales. El viernes en el Centro de creación escénica Carlos Álvarez-Novoa, (Langreo); se desarrolló una original explicación a cargo de la autora y la editora, luego Les Filanderes esbozaron algunos textos de los cuentos, con Iñaki Hernán,-el otro 50%-, grababa. La guitarra de May y el violín de Noelia adornaron la velada con tal eficacia que al final Marta dio el breve paso de poeta a cantante.
Centro escénico sede de Teatro Kumen
Marta Muñiz, Noelia y May
Marta Muñiz  Rueda, aunque no lo parezca, es poliédrica. Para empezar sus ondas gravitacionales tienen más potencia de lo habitual, tanto como para atraer, entre otros abundantes admiradores, a Vicente Jiménez, el ilustrador de la obra, que viajó con su mujer, -poeta, a la par-,desafiando las nieves del Huerna, desde Toledo a Gijón. Me susurra: “¡Quién iba a pensar en estos textos, conociéndola a ella! Parece otra persona, Dr. Jekyll y Mr. Hyde”. De la dulce poeta a escritora de misterio, sexo, fantasía, realismo y de nuevo prosa poética. Marta es muchas mujeres. Decía el sábado Antonio Merayo en la librería La buena letra,(Gijón), “Licenciada en Filología, poeta, novelista, profesora de piano, pianista, compositora…” Y además madre de Alejandro y Carmen, y casada; tantas mujeres que a su Ulises podrían acusarle de polígamo. Pero no, porque todas estas mujeres caben sobradamente en esta Marta.

Librería La buena letra, Gijón
Firmando libros
Cuando habla, hipnotiza; mientras introduce brevemente algunos cuentos el público ni pestañea. Aquí juega en casa, porque aunque viva en León es gijonesa de nacimiento y lleva algo de Luanco en el alma, por eso Merayo juega con las raíces y las ramas de ambos, acá y allá del Payares, “…por eso introduce un poco el bable”.
(Esto del asturiano mejor dejarlo por hoy, que es faceta a mejorar). Decía que aquí juega en casa, pero de la misma manera he observado entre el público este silencio tan respetuoso, casi litúrgico, cuando la he oído recitar en los foros leoneses, el Ateneo Varillas, el aniversario de la extinta tertulia de Amelie o en el grandioso invento del Ágora de la poesía 

Marta con el ilustrador, Vicente Jiménez
Al final resulta que Alejandro no estaba tan perdido en el bosque, gracias al álbum mágico él y Juan pudieron viajar hasta el escaparate de la Bath Library; la dependienta quedó un poco extrañada de sus recomendaciones literarias, pero lo fundamental es que les explicó dónde podían coger el tren Bath-Felechas, para llegar a tiempo a la paella.

Marta Muñiz Rueda. 13 cuentos dementes para mentes insomnes y un relato para supersticiosos. Fotos de Mar Mirantes. Ilustraciones de Vicente Jiménez García. Piediciones, 2015. www.piediciones.com






Comentarios

Entradas populares de este blog

Montauban, Azaña y otros exilios

No terminaba de entenderlo. Fui preguntando a gente que sabe más que yo de estos asuntos. Una señora de Asturies, un señor de Lleida, más próximos a la centena que a la noventena de años, habían decidido dejar de hablar en castellano, era como si no lo recordasen. La gente me dice que es bloqueo por los sufrimientos de la guerra, la emigración forzosa, la terrible postguerra…Puede ser. La Red Republicana nos invitó a ir a Montauban , con motivo del 75 aniversario de la muerte de Azaña, el 3 de noviembre; acudí en calidad de vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias, junto al presidente de honor, Paco Prendes y los compañeros Faustino Álvarez y Antonio Cuervo; agradable compañía.  Yo no sabía mucho de Azaña, no le había prestado interés, la verdad; sin embargo hay algo en lo que todo el mundo insiste cuando habla de él: su sentido ético, suficiente para dedicarle atención en una España que parece haberlo perdido, más cuando la palabra que oigo repetir, relativa a esos a

Se me han hinchado las narices

Se montado la de la Virgen. La corporación ha hecho público que retirará los símbolos religiosos de los centros oficiales, incluyendo, claro, la imagen de la Virgen del Carbayu, patrona de Langreo, y una parte de la población ha montado en cólera. El martes hubo concentración, voces, imprecaciones y zarandeos. “¿Qué y-pasa a esti home? Na, que cayó, ahí nel pasu peatones. ¡Ah, en el ladrillu esi!” Por lo que se ve todo el mundo lo conoce; hay una diferencia de casi cinco centímetros entre la acera y el badén, cualquiera puede tropezar y romperse la cara a la entrada del Mercadona. En este caso era al ir, si es a la vuelta, con las bolsas en las manos, me parto el alma. Reunieron más de cinco mil firmas. A la puerta de la Casa consistorial leyó Julio las razones por las que consideraban que no debería retirarse la imagen, ante unas quinientas personas que lo apoyaban. Dicen que los concejales de Somos se rieron, y se armó la de dios es cristo. La gente se impresiona mucho por

El crimen de Vindoria

Había poca luz en la cocina, por entonces la corriente venía a 125 voltios y las bombillas tenían pocos watios, para no gastar; además era frecuente que se cortara el servicio, se levantaba entonces la sólida tapa de hierro colado y la lumbre proyectaba sobre la pared figuras espectrales. La Cuesta Vindoria estaba entre los espectros de mi infancia, entre las historias que oía contar después de la cena; ahora los conozco mejor gracias al libro de Rosa del Carmen Álvarez Campal, que explica el asesinato de cinco mujeres y tres hombres de Laviana, a mano de civiles golpistas. Luis el de la carretera, 55 años, Avelino Hevia, 23, Pepe Toribio, 50, Julia Morán, 41, Chucha la de Blas, 20, Luisa la Cucharona, 19, Rosario Montes, 39, y Joaquina Antuña, 33, fueron sacadas en un camión de la repleta cárcel comarcal ( “no había sitio para sentarse” ) en una noche de otoño que amenazaba nieve, y rematadas, once kilómetros Río Nalón abajo, en una curva donde nunca da el sol. ¿Por