Sin que sirva de precedente, he escuchado una y otra vez su discurso de despedida. He estado atento, he tomado notas, las he repasado, no he visto ni una sola autocrítica. Malo. Parece ser que pese a sus esfuerzos “por este país” lo único que ha conseguido es “convertirse en chivo expiatorio” de la derecha; “es evidente que al día de hoy no contribuye a sumar” para lograr el éxito electoral. “Por lo tanto, hay que tomar decisiones…” Y se va. Eso sí, dejando dicho quienes han de gestionar su legado político; Yolanda Díaz para el Gobierno, Isa Serra desde la oposición madrileña. Bueno, pues gracias y buena suerte. Pero verás, Pablo, yo creo que te equivocas. Una vez más. El partido que creaste con otros y desarmaste tú solo, en mi molesta opinión tiene otras tareas. Debería de tenerlas, vaya. La primera, discutir seria y abiertamente un balance. Con tu presencia, desde luego. No la habitual asamblea autoproclamatoria, sino un profundo análisis de situación. La segunda, dota...
El sol ilumina Cuturrasu antes que nada en Langreo. En una mesa electoral en 2011 nacieron estos apuntes. Literalmente de la aldea al mundo