Un regalo, ver la luna llena, tamizada por nubes de algodón, sentados a la puerta de la casa, en Guimarán. Milagros me explica que esas cosas que pasan volando, con quiebros bruscos, son murciélagos; se toman la cena, su principal alimento diario. “Hacen mucho bien al campo”, me dice, como si quisiera ganar mi benevolencia hacia ellos; innecesariamente, sé que hacen falta toda clase de bichos para que esto ruede. Tranquilidad en el anochecer. Mientras tanto, desde el otro lado del Atlántico venía desplazándose una mala noticia: Ha fallecido B., una chica de veintipocos. Por su propia mano. La conocí hace años, cuando era una alegre y sociable teen-ager, que viajaba con su madre, la Doctora P. El contexto de su muerte me ha entristecido, me ha enfurecido. B. había salido de la casa familiar al cumplir los 18, siguiendo esa saludable costumbre, -que no pueden tener los jóvenes españoles-, de afrontar la vida ...
El sol ilumina Cuturrasu antes que nada en Langreo. En una mesa electoral en 2011 nacieron estos apuntes. Literalmente de la aldea al mundo