Hay fechas que se empecinan en destacar en el calendario, que se van convirtiendo en síntomas sociales. En España, desde 1981, sucede con el veintitrés de febrero. A las seis de la tarde de aquel día soleado un personaje de zarzuela, “un guardia civil con bigote” como dice la coplilla, dio un susto de muerte a una Democracia en pañales. En este veintitrés de febrero el juez Garzón es expulsado de la carrera judicial por ordenar, a lo que se ve indebidamente, grabar conversaciones de presuntos corruptos con sus abogados. Resulta cuando menos sorprendente que se haya juzgado y condenado primero al instructor que a los que se han llevado los dineros del Estado. A veces me parece que Baltasar Garzón no ha estudiado para juez sino para mártir, sólo que esta carrera no tiene título oficial. Para empezar ya tiene nombre de Rey Mago y apellido de judío sefaradí, no puede pasar desapercibido. Empezó a destacar en la judicatura con espectaculares acciones contra ETA y contra las organizacion...
El sol ilumina Cuturrasu antes que nada en Langreo. En una mesa electoral en 2011 nacieron estos apuntes. Literalmente de la aldea al mundo