Me joden los profetas “a
posteriori”, los que pronostican después de que todo haya sucedido. La crisis
financiera que nos hizo a todos más pobres desde 2008 en adelante no la vio
venir nadie; de hecho, las empresas del IBEX repartieron ese año sustanciosos
dividendos, puesto que los beneficios del anterior llamaban a la opulencia. Sin
embargo, con la perspectiva del tiempo, todo el mundo se atrevió a decir que
había sido una temeridad y los listos escribieron acerca de “lo que se debería
haber hecho”. Con esta historia del virus pasa igual. Ahora hay miles de
agoreros, pronosticadores del pasado, aconsejando. Se les ven las plumas políticas
enseguida; entonces hablaban de Zapatero como el peor gobernante de la
Historia, ahora cargan contra Sánchez.
Tampoco me importa mucho que
se metan con el Gobierno, es el deporte nacional, lo llevan en el sueldo; entre
los italianos es proverbial el “Piove… ¡Governo ladro!” (Llueve, ¡gobierno de
ladrones!), igual que nosotros echamos la culpa de nuestros males a “los
políticos”, como si fueran especímenes humanos diferentes. Pero sí me tomo
a mal que me intenten hacer comulgar con ruedas de molino. Y viene la frase muy
a cuento, porque tengo otro cuento ante los ojos.
Una vez más, alguien considera
que la mayor causa de difusión de la enfermedad han sido las mujeres, la
manifestación del día 8 de marzo. Realmente se trata de una campaña ideológica,
desarrollada en varios frentes. La publicidad actual lo llamaría “promoción 360°”, un concepto reciente que
significa que vayas donde vayas, tierra, mar, aire o subsuelo, te encontrarás
con un lema (moderno: slogan) que machaca el mismo mensaje. Un señor que firma
como José Féliz Pérez-Orive Carceller, a los pocos días titulaba en la tercera
de ABC, que es casi un editorial: “Las muertes del 8M”. Directamente, sin
tapujos. “La manifestación feminista fue el gran desencadenante de la tragedia
posterior” Estoy harto de replicar, pero en este tema no sirve el cansancio,
hay que ser tan pesado como ellos.
Porque suelen ser “ellos”. Han
pasado más de dos meses, sigue la manipulación. Tengo ante mí un escrito en el
diario La Nueva España de Oviedo, grupo Prensa Ibérica, día 18 de mayo. Firma
Don Alberto Torga y Llamedo como “sacerdote jubilado en Nava”; le conceden una
página enterita, con lo que eso cuesta, para que hable de los “pecados” de
nuestros gobernantes. El argumento es de
sobra conocido, habida cuenta de que había datos sobre un virus circulante, lo
correcto era haber prohibido la manifestación de mujeres porque “a partir de
ese día empezaron a propagarse los casos de contaminación del coronavirus en
Madrid”. Cual plaga bíblica. Tanto que dios los castigó “comenzando por las que
figuraban a la cabeza de la manifestación”, que ya se sabe cómo se las gasta
Yahvé cuando se pone.
Ni una palabra de que también penó, a los cristianos ultras que ese mismo día hicieron un mítin en Madrid con 9.000 encendidos seguidores, y eso que también el rayo divino de la enfermedad cayó directamente sobre la cabeza de uno de sus líderes más alborotadores. Ni una palabra acerca de los miles de partidos de fútbol de ese día, ni de los de baloncesto; ni hablar de cines y teatros. Ni una sola alusión a un evento en la Feria de Madrid para promocionar la enseñanza privada, AULA 2020, entre el 4 y el 8. La Vanguardia destacaba la presencia de “Universidades como la CEU San Pablo, Francisco de Vitoria, la Universidad Pontificia de Salamanca, Universidad Complutense de Madrid, Rey Juan Carlos o la Escuela Internacional de Protocolo; también estarán presentes…la Université Catholique de Lille.Institut Paul Bocuse, o escuelas superiores de negocios y comercio como EM Lyon y TBS Business School”. Para dar idea de la magnitud señalaba datos de la convocatoria anterior, “Otras cifras que dejó el salón en 2019: 174.186 visitantes, 15.965 visitantes profesionales, 1.983 centros escolares, 506 empresas participantes y 346 actividades. ¿Y qué decir de las misas, que en ese domingo reunieron a decenas de miles de ovejas junto a sus pastores en toda España?
O sea, el párroco jubilado ve
sólo la paja (con perdón) entre las señoras, pero no la viga entre las
actividades más varoniles, ni en las que generan ingresos para la empresa sacra.
Cuenta una pequeña parte de los hechos, y los subraya; o sea, falta a la verdad
verdadera. Y un poco más adelante, directamente, miente; con sumario destacado
en negrita y color afirma que esta España de nuestros pecados “ostenta el
triste récord de ser el país con más muertos a causa del coronavirus por cada
millón de habitantes”.
¿Qué sentido tiene tan macabra
clasificación? No importa mucho quien tiene más muertos, es un problema de
salud mundial, todos debemos colaborar en solucionarlo. Salvo que se use el
dato como arma arrojadiza. Esta noticia está copiada directamente del diario El
Mundo, en plena campaña de acoso y derribo al “gobierno socialcomunista
sustentado por separatistas y filoetarras”. Como ya publiqué en su momento, a
la par que desprestigiaba al ejecutivo estatal echaba flores sobre los gestores
de alcaldía y comunidad de Madrid. Resulta curioso que la noticia de primera
plana del 11 de abril, en el sentido de España el país con más muertes fuera
desmentida por su corresponsal en Washington unas páginas más adelante; la
información pudo a la propaganda.
A la semana siguiente, como,
-lógicamente-, no podía poner a España como sede mundial de las desgracias en
números absolutos, intentó El Mundo otro truco, el relativo, “país con
más muertes por 100.000 habitantes”. La Universidad Johns Hopkins, a quien
todos los medios recurren porque lleva la estadística al día, afirmaba, -y
sigue siendo así-, que el premio a la desgracia se lo lleva Bélgica.
El presbítero jubilado de Nava
debe confesar el pecado de mendacidad, hacer penitencia y, sobre todo,
demostrar propósito de enmienda. Como penitencia le propongo que pague una de
sidra; soy benévolo, en consideración a que errar es humano y yo no me meto en
cosas divinas, en esos temas del pecado. “Los asuntos de los dioses no me
conciernen”, dijo un filósofo griego.
Eso sí, en homenaje a todas
las mujeres que el día 8 de marzo salieron a las calles a decir que la sociedad
debe tenerlas en consideración. En homenaje a todas las que ahora serán
expulsadas de sus empleos. En homenaje a todas las que además de cumplir en su puesto
de trabajo, tendrán que cuidar en casa de sus familias, condenaría al sacerdote
a penar unos meses de colaboración social en una casa de mujeres maltratadas, y
publico, en humilde recuerdo del 8 de marzo de 2020, estas fotos tomadas en la
concentración ante el Ayuntamiento de Langreo.
¡Muchas gracias, Señoras!.
Seguimos en la tarea.
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