Bueno, en realidad me gusta la poesía, si bien suelo
desconfiar de los poetas; de algunos poetas que miran al resto de la humanidad
por encima del hombro.
Maldigo la poesía
concebida como un lujo
cultural
por los neutrales.
Maldigo la poesía
de quien no toma
partido,
partido hasta
mancharse.
Héctor Roberto Chavero heredó un cruce muy productivo, padre
criollo, madre vasca, músico desde la infancia, así que se convirtió en
Atahualpa Yupanqui; amigo de patear las calles, empezó a cantar lo que vio en
ellas, señalando, tímidamente, con el dedo.
Tú piensas que eres
distinto
porque te dicen poeta
y tienes un mundo
aparte
más allá de las
estrellas
Me gusta de la poesía el ritmo, prima hermana de la canción;
admiro en algunos poetas el dominio del lenguaje, la capacidad de síntesis, la
imagen en dos palabras. Por eso suelo quedarme en el Siglo de Oro, enredado, no
tanto que desvelado.
¿Por qué, di, de mis
ojos sueño blando
los desvelados
párpados no pegas?
¿Por qué a mis
miembros tus licores niegas
si por el mundo los
estás regando?
Fueron los primeros poetas gentes populares, ciegos que
cantaban odiseas, bardos que relataban sagas, juglares que clamaban amores
imposibles…A caballo entre XII y XIII el rosellonés Ponç d’Ortafá protestaba
“Si ai perdut mon saber”
Tanto he perdido mi
saber
que apenas sé dónde
estoy
ni sé de dónde vengo
ni a dónde voy…
…Por poco me desespero
o me hago monje en Jau
o me meto en una cueva
donde nadie me pudiese
ver
Porque soy traicionado
por la confianza
de aquella que yo más
deseo.
También hubo nobles señores que por la mañana hendían
cabezas,-de moros o de cristianos, tanto da-, y al atardecer rimaban palabras.
Jorge Manrique distingue con dificultad una cosa de la otra, “Castillo de amor”
no sé si es poesía galante o táctica militar de asedio a plaza fuerte, con sus torres,
murallas, almenas, foso y provisión de víveres, donde resiste su enamorada.
Desafía a las divinidades, tanto mete en pleito a Amor, como reta a la suerte.
Fortuna, no me amenaces
ni menos me muestres
gesto
mucho duro
que tus guerras y
paces
conozco bien.
En la seguridad de que ella resultará, inevitablemente, derrotada.
…Así que tú llevarás
deste debate la
ofensa;
yo, la gloria.
Aunque, evidentemente, no siempre salen las cosas de los humanos
a su propio gusto e interés; el valiente se mosquea.
Rabia terrible me
aqueja,
rabia mortal me
destruye,
rabia que jamás me
deja,
rabia que nunca
concluye.
Él es un caballero y tiene, entre sus múltiples virtudes, el
mantenimiento en cualesquiera circunstancias de la palabra otorgada.
Acordaos, por Dios,
señora
cuánto ha que comencé
vuestro servicio,
cómo un día ni una
hora
nunca dejo ni dejé
tal oficio…
…Y perded toda la duda
que tomasteis contra
mí
de ayer acá
que mi servir no se
muda
aunque vos penséis que
sí,
ni mudará.
Porque en tal sociedad no son bien recibidos los mendaces.
Que quien tantas veces
miente
aunque diga verdad
no es de creer.
Anduvo también en peleas sin cuento Pero López de Ayala, de
quien se cree que inició el “Rimado de Palacio” en presidio; allí pudo meditar
amargamente sobre el poder.
Está el mundo en queja
y tribulación,
nuestros regidores son
de ello ocasión;
y así crecen los
males, muchos además son,
que la codicia les
ciega el corazón.
Con la difusión de la imprenta descubrieron los poderosos un
importante elemento de propaganda, compraron a los artesanos de la pluma y ya
desde Tudor, Duque de Lerma e iglesias varias, tuvieron poetas paniaguados.
Pero las chanzas populares no se retiraron de las calles.
Mozas de Toledo
ya se parte el Rey
quedaréis preñadas
no sabréis de quién.
Mozas de ciudade
guardaos de él
que aún ni en moneda
podréisle tener.
Jugaron un papel extraordinario las coplas de ciego, basadas
en su memoria, como desde siempre, ahora apoyadas en los pliegos de cordel, que
ya una parte del pueblo había aprendido a leer. Relatos casi siempre anónimos, en
puntuales ocasiones firmados, que el manoseo iba limando; daban dosis de calidad. Lamento
de un preso:
En amarga oscuridad
lloro un bien que no
poseo,
que sin libertad me
veo
en lo mejor de mi
edad.
Amores, sucesos, bromas, análisis social.
Huelgas por aquí
huelgas por allá
nunca esto se acaba…
…Cuándo acabará
la intranquilidad
que todos tenemos;
hoy el capital
trabajo no da
comer no podemos…
Transmitidas boca a oreja han pasado las canciones
populares, dando sanos consejos prácticos; una señora solicita de su marido
aplicación y mesura en los menesteres íntimos:
Váyase poco a poco,
moreno mío,
porque todos vayamos
a un tiempo mismo.
Alegría de vivir en general, con desparpajo, sin complejos.
Dime, pajarito, que
estás en el nido,
la dama besada,
¿pierde marido?
No, la mi señora, si
fue en escondido.
Todo es humano.
No me las enseñes más
que me matarás.
Estábase la monja
en el monasterio
sus teticas blancas
sobre el velo negro.
Disfrutar de la vida sin ataduras.
No querades fija
marido tomar
para sospirar.
Que el matrimonio nunca gozó de buena fama, pese a los
intentos de los religiosos por exigirlo.
Yo bien puedo ser
casada,
más de amores moriré.
Así que mejor nos pegamos a la cultura de la calle y nos
olvidamos de aquellos otros poetas que cantaron a reyes, obispos, francos,
lísteres y estalines; sigamos el buen consejo del cantor popular.
Vive junto con el
pueblo
no lo mires desde
afuera
que lo primero es ser
hombre
y lo segundo poeta.
Su vecino Nicanor Parra ya advirtió que “Los dioses han bajado del Olimpo”, que
cambiaría los nombres de las cosas, que el lector se acercaba al poema bajo su
propia responsabilidad, y cuando le dieron el Premio Cervantes prefirió quedarse
en casa; para no saludar monarquías. “El
poeta es un hombre como todos. Un albañil que construye un muro”; parejo a
aquella otra de este lado del charco “Me
siento un ingeniero del verso, un obrero que trabaja con otros a España; a
España en sus aceros”
Así que Parra brinda con nosotros. Hay que vivir
intensamente, porque (“Brindis a lo
humano y a lo divino”) “…el día menos
pensado/a una vuelta del cerro/la flaca nos echa el lazo”
Si me dieran a elegir
entre diamantes y
perlas
yo elegiría un racimo
de uvas blancas y
negras.
El ciego con una copa
ve chispas y ve
centellas
y el cojo de
nacimiento
se pone a bailar la
chueca.
El vino cuando se bebe
con inspiración sincera
sólo puede compararse
al beso de una
doncella.
Unas líneas en modesta aportación al Día Internacional de la
Poesía. Ayer no compré el libro que había prometido; me ha parecido más
prudente volver a repasar tantos como duermen en las baldas. Ahora, con Nicanor
Parra, que mi ignorancia desconocía y desde 2011 se ha hecho mi amigo, un
comentario:
Antes de despedirme
tengo derecho a un último deseo:
Generoso lector
quema este libro.
Yo estos días, por las clases, ando revisitando a Whitman y a Dickinson. En su momento os robé HOJAS DE HIERBA de la estantería.
ResponderEliminarLe prefiero a él. Más divertido, más gamberro, más cercano. Ella deprime.