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Mostrando entradas de 2012

Nos vigilan

Se pueden ver cámaras por todas partes. Te graban en el supermercado mientras compras, en la gasolinera al llenar el depósito, cuando sacas dinero en el cajero; el ayuntamiento en las calles, la matrícula en el aparcamiento, los de las autopistas, y ahora en discotecas, bares y restaurantes. No hay momento de tu vida en el que alguien no deje constancia gráfica; de ahí a salir en todos los ordenadores del mundo sólo hay un pequeño paso. Reconozco que me he partido de risa un par de veces oyendo la grabación de una llamada telefónica: un joven, con síntomas evidentes de haber empinado el codo desproporcionadamente, llamaba desesperado desde un aparcamiento porque no encontraba el coche. El diálogo era verdaderamente hilarante, pero se te hiela el gesto cuando caes en la cuenta de dónde ha salido la grabación: la centralita de la Policía Local de Gijón. Recientemente un periódico nacional ha publicado la fotografía del sinvergüenza de Díaz Ferrán en el juzgado; no es una foto de u

Lévy, 1948 y la obscenidad

Se presenta a sí mismo como filósofo, posiblemente gane unos euros escribiendo en periódicos que solemos tener por serios, sin embargo emprende cruzadas ampliamente sospechosas. Hasta no hace mucho defendió con quijotesco ardor la causa de aquel jefazo del Fondo Monetario Internacional que en su tiempo libre quería holgar con una camarera de hotel en New York; dejó quieta la pluma después de que en la propia Francia el mismo personaje fuera acusado de dos violaciones y de participar en orgías con prostitutas, empresarios y otras gentes de dudosa fama. Bernard Henri Lévy vuelve ahora a otro de sus temas recurrentes: la defensa de la política oficial del Estado de Israel contra los pérfidos palestinos; “Obscenidad”, titula su artículo en El País y empieza firme: Pongamos los puntos sobre las íes; a partir de ahí empieza a contar la historia desde el punto de vista de los buenos: En 2005, a iniciativa de Ariel Sharon, el Tsahal (Ejército israelí) evacuó Gaza unilateralmente y sin c

Lo proclaman abiertamente

Me alertó mi amiga Aitana, una periodista de raza que me enseña muchas cosas. Ella lo trajo desde una edición digital de NY Times; yo, en mi manía, seguí al historiador, Ite ad fontes, y abrí The Jerusalem Post. Allí estaba escrito con todas las letras: ¡Arrasar por entero el vecindario de Gaza, arrasar toda Gaza! Y no lo dice una persona cualquiera, o una iracunda víctima de un cohete, lo dice, seguramente sentado en un despacho, con la tranquilidad del que mide sus palabras, Gilad Sharon, hijo del famoso Ariel, miembro significativo de la casta política israelí. El artículo se titula "Es necesaria una conclusión definitiva" y empieza diciendo que no hay término medio; una de dos, o se hace pagar a los "gazanos" y sus infraestructuras o "reocupamos la Franja de Gaza". Va desarrollando sus argumentaciones (falaces) y suelta, -copio por si mi inglés me hace equivocarme: We need to flatten entire neighborhoods in Gaza. Flatten all of Gaza. Y luego sigue

Amigarse

Es una bonita palabra. La tenía olvidada en mi diccionario particular; se remonta a la más perdida infancia, cuando los amigos del Barrio discutíamos por cualquier tontería y con la misma facilidad nos reconciliábamos. Después ya no me pareció nadie los suficientemente importante como para enfadarme; cuando me encontraba un personaje particularmente tóxico lo tachaba de la lista y tan amigos. Pero ahora estoy de regreso, mi tiempo es mío y no de la multinacional que me pagaba; puedo por ende invertirlo en quien quiera (obsérvese que, con buen criterio empresarial, distingo "gasto" de "inversión"). Estoy recuperando viejas amistades, incluso entre las personas que  figuraban tachadas en la lista, sólo que mi capacidad de amar es limitada, humanamente corta, y debo enviar al ostracismo a casi tantos como recupero. Para ello establezco una clasificación, -en términos de comentarista económico "ranking"-, según su índice de toxicidad, ¡si vieras con qué rapi

Plantar cara a la infamia

Ya tienen dos denuncias ante la Inspección de Trabajo y dos demandas en los Tribunales de lo Social; al parecer no es suficiente para convencerles de que se ajusten a la Ley, de modo que ayer sábado un centenar de personas, pese a ese mal tiempo de los puertos marítimos del norte, con lluvia y viento racheado que te calan, nos concentramos, negros y blancos sujetando la pancarta, ante el desgraciado establecimiento. Se leyó este comunicado y quedamos para volver a juntarnos siempre que haga falta: "Es bueno preocuparse por Arcelor o por Suzuki; el cierre de una fábrica genera más huecos en el maltrecho tejido industrial asturiano. Los sindicatos, la patronal, los concejales, el Principado manifiestan su pesar. Pero, ¿quién se preocupa de los centenares de pequeños Suzukys que suceden cada día?, de las personas empleadas en pequeños negocios que se están siendo vapuleadas diariamente.   Vamos a hablar de un ejemplo demasiado frecuente. En este Gijón que quiere ser tur

Perseverar en la infamia

Mi madre también trabajó en La Dársena; no aguantó más que un verano. Veníamos de la Argentina, hace diez años, no sabíamos nada de contratos, ni   de Seguridad Social, así que nos engañaron bien… Luis Adolfo y Pilar Peláez Díaz , hermanos y residentes en Gijón quieren reírse del mundo. No respetan a sus trabajadoras, ni a la Inspección de Trabajo, ni a su propio representante legal, que, desesperado, ha reconocido que le engañan y no le aportan la documentación necesaria para resolver el conflicto. La demanda ante el Tribunal de lo Social ha sido presentada, sin embargo hay que subrayar aquí otro aspecto en que la legislación no ayuda al débil: En los casos de Civil o Penal la parte que resulta condenada debe pagar todos los gastos del proceso, incluyendo los de la defensa de quien ganara; en lo Social, salvo casos espectacularmente graves, incluso ganando el trabajador corre con sus costas.   En la situación que nos ocupa una trabajadora que no dispone de medios, que

Crónica de la infamia

“Yo aquel día quería marchar andando a mi país… Me puso la cara aquí, frente a mi cara, pegada, estaba dándome voces, daba golpes en la mesa, rompía platos, tenía un cuchillo en la mano y yo pensaba que no iba a volver a ver a mis hijos…” No puede seguir hablando, baja la cabeza, esconde la cara negra entre las manos negras; M es una mujer dura, pero esta vez ha sido demasiado “ es un día que no lo voy a olvidar jamás” La inspectora de trabajo tiene modales suaves, aguanta unos segundos la pausa, pero debe seguir haciendo su trabajo: “ ¿Y eso de los insultos?” L es más expansiva, toma el relevo de su compañera, “ Nos decían tonta, bestia, no tenéis ni idea, ignorantes; se tapaban la nariz, decían cerda…” , pero ésta no se calla ni debajo del agua: “…Y yo le dije que se bañara, que ella no se baña, ¡ella sí que huele!” (Si Vd. pasea por delante del establecimiento y observa los chorretones de grasa en los cristales y en la parrilla de las sardinas al inicio de la jornada, recuerdo

Efemérides imperiales el 11 S

Anotaban cuidadosamente las posiciones de los planetas, día a día, los estrelleros; servía esa tarea paciente como referencia para los cálculos posteriores y así podían recomendar los días adecuados para la poda, la siembra o la recolección; eran capaces de predecir las inundaciones de los ríos o las mareas. Efemérides, libro de los días.  Fecha señalada ¿Qué dejaríamos anotado hoy? Los gringos lo de las Torres Gemelas, los chilenos el sangriento golpe de la embajada USA y Pinochet, los escoceses la victoria de William Wallace sobre los ingleses en Sterling Bridge, los palestinos que la llegada de los ingleses multiplicó sus desgracias, los italianos que un anarquista apuñaló a Sissí, emperatriz. Los catalanes se manifestarán, con aires de independencia, recordando que en 1714, el Duque de Berwick, en nombre del Borbón, tomó Barcelona, principio del fin de sus instituciones señeras. Emperadores pisando uvas ajenas y pueblos resistiendo. Los estrelleros más avispados hicieron c

Historia de amor en Guimarán

Bien sé que Vicen me sabrá disculpar; agradezco profundamente su hospitalidad, pero le dejo en segundo plano porque, la verdad, mis prioridades en Guimarán son, por riguroso orden, la sonrisa de Aida, la alberca, el escabeche de Milagros y los tomates de Conchita. El valle tiene otros mil asuntos de interés; es una gozada salir de paseo y disfrutar la tranquilidad, salvo los trenes puñeteros de Arcelor. Es más que conveniente llevar la cámara al hombro, porque nunca sabes dónde puede aparecer una historia, como esta pausada historia de amor entre dos caracoles. (Es una bendición para la escritura esto de los moluscos gasterópodos; aquí no hay problemas de género). Es el caso que andaba yo rastreando el jardín de la casa, después de desayunar como un cura de los de antes, aprovechando el amanecer para fotografiar la cuidada flora, cuando me encontré un caracol, musculoso, paseando por una tubería de plástico. Recordé entonces que unos minutos antes había visto a otro congénere, a

Abu Nuwás

Una gran borrachera, de principio a fin de la vida; eso sí, en compañía, disfrutando de los amigos y persiguiendo con descaro a los coperos, a las esclavas o a la propia mujer del tabernero, si se tercia. Éste es el Evangelio de Abu Nuwás (Bagdag, finales del setecientos). Disfruta del día desde la primera hora de la mañana, sé generoso en la amistad y en la juerga, que la vida es efímera, no merece perder el tiempo en guerras. Hermanos, ¡ya llega el alba! Bebed el primer trago matinal Cuando los pájaros cantan la mañana ¡Apresuraos! Las copas se han quejado del largo dormitar de las jarras… …¡Bebe el sólido licuado Y el gozo de hoy no lo dejes para mañana! Tiene largas conversaciones con la copa, pero a veces el vino le sale respondón, no le gusta que le comparen con la luz, efímera, de los cuerpos celestes: Cierto es que como un astro Yo resplandezco en la mezcla Más mi lumbre no se apaga. Si vuelves a describirme de esta guisa Te prohibiré mi néctar Y s